La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Opiniones pucelanas

El mayor error de Sergio González ante el Granada CF

La rueda de prensa de Sergio González tras la derrota (1-2) ante el Granada CF dejó la sorpresa de la lectura del catalán sobre el partido y, también, un término por encima del resto: «épico». El preparador catalán aseguró que la salvación sería algo heroico, grandioso o legendario. Dentro de ese discurso preparado y guionizado del catalán, hay mucha miga y mucho contenido futbolístico. Más allá, incluso, de una errónea lectura del juego y de los motivos de la remontada nazarí, el análisis de Sergio González dejó al descubierto alguna de las gestiones. De plantilla y de partidos.

Han pasado varios días desde la victoria granadina y el sentimiento sobre el partido del Real Valladolid es el mismo. Diego Martínez ganó la partida a su rival de banquillo. El gallego se impuso porque gestionó todo aquello que tenía a su alcance y en su mano, hecho que no cumplió un Sergio González lento y desacertado con las sustituciones. Reaccionado al resultado y no a la tendencia del juego, el Real Valladolid perdió y lo hizo, muy posiblemente, porque los locales pedían reforzar y refrescar el centro del campo.

El Granada CF estaba inclinando ya de forma descarada el campo. El balón, la sensación de peligro y las ocasiones eran suyas. Las entradas de Yangel Herrera o Luis Suárez llevaron a los de Diego Martínez a vivir en campo contrario y, en esa presión, el Real Valladolid se ahogó. Lo hizo por las inferioridades que tuvieron que soportar Roque Mesa y Rubén Alcaraz y por el desgaste que tuvieron que realizar para evitar ser superados con mayor frecuencia. Ese ida y vuelta en el que se convirtió el centro de campo debilitó al Pucela y, por el contrario, dio alas al rival.

El devenir del partido pedía un cambio para fortalecer el centro del campo. Ya fuera por delante de Mesa y Alcaraz o por detrás de ese doble pivote, Sergio debió ofrecer herramientas para cambiar la tendencia. Lejos de que él confirmara que su idea era un cambio de nombres pero no de ideas, el problema estuvo en mirar el dorsal de Oriol Rey y no su capacidad para poder sumar en el equipo. Me atrevería a decir que sin Miguel Ángel Rubio en el terreno de juego, Sergio sí hubiera apostado por la entrada de Oriol Rey, pero eso es suponer sobre la situación que marcó el partido y que define ciertas gestiones de Sergio.

Uno, no; dos, sí
El partido no se pierde por falta de armario ni de efectivos. El equipo tenía un banquillo equilibrado, que fue mal utilizado. Cubiertas las bajas, el Real Valladolid tenía, además de un portero, un central, un lateral para cada perfil, un extremo de cada banda, un centrocampista y dos delanteros. A nivel de credenciales, estaba todo lo que un entrenador puede pedir, pero Sergio se fijó más en las etiquetas desde las que se definen esos jugadores que desde lo que le podían ofrecer en un contexto concreto y preparado.

El catalán, seguro, será uno de esos preparadores que dicen que no miran el DNI a la hora de hacer una alineación o una convocatoria. Será verdad. Uno no lo mirará pero dos, quizás, sí. Ahí pudo estar uno de sus problemas en el partido. Además, no utilizar las credenciales que uno tiene, ya sean del filial o del primer equipo, eliminan el argumento del fondo de armario y ausencia de variantes.

El Real Valladolid tenía posibilidades para adaptarse al partido pero Sergio o no las vio o no las quiso utilizar por el condicionante de su procedencia. Cualquiera de estas dos opciones dejan mal al preparador pero, también, a sus posibles justificaciones de una derrota que, pasados los días, le siguen señalando ya sea por falta de atrevimiento, falta de ideas o un excesivo miramiento a cuál era el dorsal de los jugadores presentes en el banquillo. Un motivo u otro generaron el mayor error de Sergio en la dura derrota ante el Granada CF, aquélla que frena la inercia del Camp Nou y debilita al equipo y a su entrenador.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte