Habitualmente, las ruedas de prensa de Sergio González están marcadas por un término: pistas. «No te voy a dar pistas» o «no quiero dar pistas al entrenador rival», ha asegurado en varias ocasiones el preparador del Real Valladolid en las últimas semanas. En esta ocasión, y antes de visitar al Fútbol Club Barcelona, Sergio utilizó nuevamente ese argumento y quiso dejar claro que no iba a dar pistas de cuál iba a ser su planteamiento, aunque sí que ofreció mucho contenido sobre cómo afronta su equipo el duelo de la jornada 29.
‘Sí, pero no’, esa es la sensación que dejó el catalán en el resumen previo al enfrentamiento del Camp Nou. Sergio González quiso asegurar que el Real Valladolid está preparado y concentrado en este encuentro. Pese a todas las limitaciones y condicionantes que posee ahora el equipo, Sergio confirmaba que ve a su equipo preparado. Parece estar convencido pero, realmente, no lo está. El entrenador blanquivioleta quiere que el duelo pase de la mejor forma pero, sobre todo, de la más rápida manera.
Sergio busca que la visita al Camp Nou sea rápida y que no «reste» al equipo. Ese concepto de restar fue mencionado por él de forma directa en una comparecencia que se resume de forma clara con la publicación de Twitter que hizo el Club. En ese fragmento de la rueda de prensa se ve con claridad qué quiere vender el entrenador y lo que realmente ofrece.
«Ésta es una situación muy complicada en el sentido de que tenemos mucha ausencias, pero estoy convencido que el once que va a salir y los que van a estar esperando su oportunidad van a intentar hacer un gran partido. Tenemos que intentar y pensar que vamos a hacer un gran partido y conseguir algo positivo», narraba el entrenador en una muestra clara de ese ‘sí, pero no’ con el que tan bien se resume la comparecencia de Sergio.
La exposición es muy elocuente de lo que busca el entrenador y, también, de lo que se autolimita. Sabiendo dónde viaja el equipo y en qué momento está el Fútbol Club Barcelona, la realidad dice que el duelo es complicado, sí, pero que la narración de cómo lo afronta el equipo es, también, errónea. El Real Valladolid quiere que el duelo pase lo antes posible. Los pucelanos viajan al Camp Nou sabiendo que ese no es un partido relevante para ellos y que deben centrarse en seguir haciendo lecturas positivas de sus mejoras y evoluciones.
Casi 50 años en Primera
En los últimos cuatro partidos el equipo ha estado bien. Ha sumado más fases de dominio que de sufrimiento, aunque alguna de estas han sido de elevada angustia. Con todo, Sergio quiere ver seguir creciendo al equipo en un enfoque que para mí es equivocado y erróneo a partes iguales. Los condicionantes pucelanos para el duelo son altos, es obvio, y este encuentro pasa a un segundo plano.
Lógicamente Sergio no puede vender eso como tampoco debe estar ajeno a la historia de la entidad en la que vive su cuarta temporada. En todas las previas en las que el Real Valladolid de Sergio González viaja a un estadio como el Camp Nou o el Santiago Bernabéu o vive una visita de un equipo como el Atlético de Madrid o el Sevilla FC a Zorrilla, el catalán destaca con fuerza la alegría de poder vivir, nuevamente, un encuentro así. Para mí es un error de una filosofía que se resume en esta previa y en el día a día de este Real Valladolid.
El Real Valladolid no tiene que darse por vencido antes de visitar a un rival como el FC Barcelona, pese a las múltiples bajas que tiene, de la misma forma que no debe dar las gracias por enfrentarse a equipos de alto nivel. La historia pucelana ha estado el mismo tiempo con ellos que sin ellos. La rutina no se agradece. Se mejora o, al menos, se trabaja para matizarla.