La temporada 2020/2021 no está siendo nada fácil. Cualquier equipo, no sólo el Real Valladolid, está asumiendo cambios y situaciones para las que nunca se habían preparado. Un brote de contagios por coronavirus es una situación muy exigente a la que la competición, por ejemplo, pide una respuesta casi inmediata. Los pucelanos, por ejemplo, están actualmente dentro de un problema importante. Tener contagiados a cuatro jugadores de la primera plantilla es un condicionante muy grande para Sergio González que, curiosamente, vuelve a estar en la misma situación y con el mismo dilema que hace unos meses.
El catalán, muy claro siempre en su gestión de la portería y en la apuesta por Jordi Masip, al que llegó a ‘cuidar’ y proteger en sus peores momentos, está teniendo que lidiar con unos cambios que nunca antes había tenido que realizar ni sobre los que se había tenido que identificar. Como él, otros muchos entrenadores. El Granada CF, por ejemplo, viajó a un duelo ante la Real Sociedad con sólo siete jugadores con ficha de primer equipo. Se han vivido situaciones incontrolables y novedosas que están condicionando a los equipos, a los entrenadores y a los jugadores pero, como siempre en el fútbol, todos estos matices deben ser entendidos y deben tener el término adecuado.
Creo, honestamente, que lo que está viviendo actualmente el Real Valladolid es un problema. Se trata de una situación incontrolable pero es, realmente, un condicionante. Sólo eso. No es una excusa y, ni mucho menos, una justificación ante posibles problemas. A los de Sergio González les quedan 10 partidos para terminar su temporada. Llega el momento crucial de la temporada y la mira blanquivioleta sigue estando centrada en el mismo objetivo: sus posibilidades. Llega el momento más crucial del año y el Real Valladolid está condicionado.
El propio Real Valladolid
No es momento de analizar todo desde el calendario ni, tampoco, desde los partidos del rival. El Real Valladolid debe mirar con fuerza y convencimiento a su situación, a su margen de mejora y a su estilo de juego. Ahí están los puntos de crecimiento y las opciones de salvación del equipo. Sólo desde ahí los pucelanos podrán buscar y conseguir su tercera permanencia en la categoría.
Para buscarla, conseguirla y, después, poder valorarla hay que saber denominar y calificar los diferentes obstáculos que se encuentra éste y cualquier otro equipo. Dando más trascendencia de la que tienen a esos condicionantes, se elevan incomprensiblemente los elogios por los objetivos. Minimizando, por otro lado, los condicionantes se vive ajeno a la realidad futbolística de un deporte en constante evolución y aprendizaje, hasta en momentos tan exigentes y complicados como la gestión de una pandemia, aquélla que condiciona a todos. ¡A todos! No sólo a los perdedores.