El Real Valladolid no está en un momento idílico pero sí que está en una fase mejor que hace un mes o que hace, por ejemplo, cinco semanas. Los de Sergio González han perfeccionado su propuesta y sus resultados. Los blanquivioleta tienen, ahora, cierta fiabilidad en su propuesta porque consiguen ser más equilibrados. Atacan más porque se sienten más seguros y ordenados. Tienen más fiabilidad y la poseen por tener una consistencia que habían perdido en fases muy concretas de la temporada y por detalles señalados. Muchos de estos problemas y carencias parecen estar subsanadas en la actualidad y lo están por la presencia de Lucas Olaza.
Tampoco es cuestión de señalar al uruguayo como el salvador de todos los problemas pucelanos, pero sí como el responsable de muchos de los detalles que necesitaba y tiene el Real Valladolid actualmente. Los de Sergio eran, para iniciar, un equipo sin alma. En muchos partidos, el grupo no tenía capacidad de respuesta. Ahora, con el ’25’, el vestuario parece tener cierta mordiente y fuerza mental. Propone mejor y responde más. Tiene mayor confianza en lo que realiza y, con ello, el equipo tiene una imagen futbolística mejor.
Entre las cualidades y atributos de Lucas Olaza estaba, indudablemente, la personalidad. Más allá del contexto de juego, el ex del Celta de Vigo es un jugador con carisma y fuerza que transmite y que está sumando al Real Valladolid. Con él, el Pucela tiene más empuje pero desde él ofrece credenciales de juego que este equipo necesitaba y que, por ejemplo, están favoreciendo mucho para ver crecer a Saidy Janko. La consistencia de Olaza ayuda a que el Real Valladolid sea fiable en situaciones básicas del juego que habían dejado de ser la fortaleza del equipo.
Detalles diferenciales
Los equilibrios, las coberturas, las permutas... Diferentes conceptos básicos del juego habían desaparecido en la propuesta de un equipo que tenían diferentes batallas individuales. Sin ganarlas, el Real Valladolid necesitaba el poso de un jugador que tiene los dos conceptos que el equipo debe tener: constancia y regularidad. Desde ellos, los de Sergio González están creciendo y se están mostrando fiables y seguros en su crecimiento. Aún tienen mucho margen de mejora, sí, pero lo hacen desde los rasgos de un lateral izquierdo que no cumplía los patrones del equipo en verano pero sí las necesidades de invierno.
Llegados a enero y viendo el momento y la fase en la que se encontraban los pucelanos, el perfil de Lucas Olaza era el que necesitaba el Real Valladolid porque sus dotes ofensivas, su buen manejo del balón pero, también, su rigor táctico y su rendimiento regular han llevado a que el equipo demuestre que desde un lateral se puede crecer, se puede mejorar y se puede detallar al equipo. Los blanquivioleta necesitaban mejoras en el juego que han llegado con un lateral de rendimiento inmediato que ha mejorado al equipo, a Fabián Orellana o a Saidy Janko. Todo ello, sin estar a su máximo nivel, pero sí a uno mayor del equipo antes de su llegada.