Cuarto gol de la temporada para Shon Weissman y nuevo debate en el mundo blanquivioleta sobre la situación del jugador israelí, su peso en el juego del Real Valladolid y el perfil que está sumando a la propuesta de los de Sergio González. Definido como un ‘9’ de área y de remate, el encuentro ante el Getafe CF suma también la lectura de que el delantero es un activo que crea y que no solamente finaliza el juego. Weissman posee lectura y movimientos ofensivos que no le limitan sólo al remate dentro del área.
En esos metros finales es donde mejor se mueve el delantero del Real Valladolid, es cierto, pero sabiendo que el ‘9’ es un jugador que se desenvuelve bien cerca del área y no sólo dentro de ella, los prejuicios que existen sobre las variantes de un rematador se centran, también, en un delantero como Weissman, aquél que tiene variantes independientemente de hacia dónde mire y cómo esté perfilado. Este sábado, tras el partido, en el directo de Instagram de Radio Marca Valladolid, comenté que Weissman es rematador, sí, pero, en parte, es también un creador de acciones y contextos.
El ‘9’ sabe actuar de espaldas a la portería y también mirando hacia el gol. Se ve cómodo en fijar un central y en acciones sin balón como los constantes desmarques al espacio que busca. Weissman es completo y pese a necesitar de unos contextos determinados para rendir, no exige un juego sobre él porque él, en parte, genera juego para sus compañeros. Si demostró entenderse bien con Marcos André en el tiempo en el que ambos coincidieron, en la victoria (2-1) de este sábado, Weissman colaboró para que Sergi Guardiola tuviera libertad de movimientos, presencia exterior y participación en acciones combinativas en el último cuarto.
Desde él y no para él
Con todo, lo que quiero expresar con estas líneas es que Shon Weissman es un jugador que condiciona el juego del equipo, sí, pero que lo hace con contextos concretos y necesarios para el equipo y no individuales. Él pide estar cerca del área, incluso dentro de ella, pero lo que, realmente, pide es tener los registros que le pueden llevar a su mejor versión. Con el israelí fijando centrales, generando cerca del área, liderando transiciones y teniendo un papel regular y una confianza segura, el Real Valladolid crecerá con él y desde él. Será Weissman para el equipo y no el equipo para Weissman.
Su visión es el gol pero su trabajo y su predisposición es total y absoluta para ayudar al equipo a crecer en campo rival y cerca del área. Él se mueve bien en esa zona pero no limita el juego del equipo para él sino que invita a crecer desde él para ofrecer al equipo las herramientas que harán de Fabián Orellana un jugador más diferencial, de Sergi Guardiola ese activo determinante, de Óscar Plano un seguro para el equipo y no sólo para Sergio y de Pablo Hervías, por ejemplo, un asistente de categoría.
Con Weissman se demuestra que el equipo debe vivir cerca del área, pero no por él y su necesidad de rematar sino por lo que desde su presencia cercana a los últimos metros puede generar un equipo que debe arriesgar y potenciar su ataque para conseguir estar dentro de todos esos registros en los que mejor se mueve el ‘9’ pero, sobre todo, desde los que Weissman puede hacer crecer a un equipo con necesidad de individualidades que hagan crecer el juego y la propuesta del equipo.