El Real Valladolid tiene problemas de resultados y tendencia y vive en ellos, principalmente, por las carencias de juego del equipo. Los de Sergio González no tienen un plan establecido y adolecen de regularidad en la propuesta. No dominan el juego pese a tener jugadores para hacerlo. La victoria (0-1) ante el Getafe CF confirmó que este equipo tiene credenciales y activos para dominar desde el balón. Con Fede San Emeterio, Roque Mesa y Kike Pérez, el Pucela puede dotar a su propuesta de dominio y control del partido. Con esos jugadores se puede ser protagonista, sabiendo, dónde situarlos y con qué objetivos.
En las últimas semanas, Roque Mesa y Kike Pérez han sumado muchos minutos. En 2021, y salvo por la sanción, el grancanario siempre ha sido titular. El toledano, por su parte, acumula cuatro titularidades seguidas y siete en las últimas ocho jornadas. Ambos son parte importante del equipo en la actualidad pero el Real Valladolid no tiene el control del juego que, por ejemplo, sí tuvo en Getafe. Siendo el del Coliseum uno de los dos mejores encuentros de la temporada, la pregunta se centra en saber por qué esa tendencia de juego no se ha repetido con mayor frecuencia.
Para mí, al respuesta está en Kike Pérez, en su posición y en un término que define su rol. Ejemplificando la derrota (0-1) ante el Real Madrid, el ‘8’ parte de una zona en la que no va a ser diferencial. No lo va a ser porque el ex del Promesas es un jugador que destaca llegado a las inmediaciones del área, pero no estando en esa zona desde un inicio. Considerando que Kike Pérez es centrocampista no un atacante, el rol en el que se está situando al jugador en las últimas jornadas es tan llamativo como erróneo.
¡Malditos contextos!
Colocar al jugador tan cerca del área no es acertado porque el jugador no está en el primer equipo por las posibilidades que ahora cumple en el primer equipo. Su salto llegó tras dos temporadas de enorme rendimiento en el filial. Básico en la construcción, Kike Pérez llegaba al área y generaba más por esa aparición que por su presencia. Era una fuente de creación y un talento para un pase definitivo en el último cuarto.
Ahora, Sergio le ve destacando en ese último rol, aquél en el que destacó en la victoria en Getafe con la asistencia a Shon Weissman. Aquel pase de gol en el Coliseum Alfonso Pérez puede haber cambiado el análisis de un jugador que fue determinante en la última victoria liguera pero no por el pase sino por el juego y por cómo llegó a la zona desde la que asistió al ‘9’ israelí.
Leyendo el fútbol y dotando al equipo de amplitud y variantes, Kike Pérez firmó en tierras madrileñas una de sus mejores exposiciones para el equipo. Tristemente, la lectura que se hizo de aquel partido ha encasillado al jugador en unos contextos de juego que le están privado de ser diferencial y que, poco a poco, le harán perder protagonismo. Kike Pérez no rinde al 100% en dicha posición y su futura suplencia estará justificada por un mal rendimiento cuando la pregunta es, como con otros jugadores, por qué Sergio no se adapta a los jugadores que tiene y a sus contextos. Sumándolos, tendrá una idea diferente a la suya pero, a la vez, muy unida y compacta con todas esas piezas.