El Real Valladolid recibía la visita del Real Madrid en el Estadio José Zorrilla y lo hacía en un mal momento. De juego y resultados. Casi de la misma forma, llegaba un equipo blanco con muchas debilidades y carencias. Sin la mejor versión de los blancos y con sólo 13 jugadores del primer equipo en la lista, el análisis de la derrota pucelana en la jornada 24 de LaLiga Santander tiene diferentes lecturas y muchos puntos de inicio. Pese a ello, en todas esas lecturas se ve a un equipo de Sergio González creyente en ciertas fases pero, también, sin respuestas en las más determinantes.
Da igual desde que versión del Real Valladolid se analice el partido o desde que momento del Real Madrid se quiera poner la exigencia porque lo que es inamovible es que los blanquivioleta no vean cada derrota como un mazazo. Los condicionantes y los contextos importan, obviamente, pero ahora deben quedar en un segundo plano y mirar puramente al encuentro. El Real Valladolid debe analizar el partido desde el juego y lo ofrecido y no desde el resultado. No es productivo mirar al marcador porque éste puede engañar y mucho en las necesidades de un equipo marcado por el déficit de puntos obtenidos y la carencia de respuestas ofrecidas.
El Real Valladolid está sumando muy poco en las últimas semanas y lo está haciendo porque está ofreciendo poco y, además, de forma bastante inconsistente. El equipo no conoce la consistencia ni la regularidad. No muestra un camino y no tiene un punto sobre el que crecer. Es por ello que todo lo que rodea a los de Sergio González en la actualidad se resume en la insuficiencia y el hecho de que nada vale. Nada.
¡No es suficiente!
No es suficiente ver que el Real Valladolid crezca porque el nivel de los últimos partidos es pobre. No es suficiente con hacer tres ocasiones en los primeros 10 minutos porque en otros partidos no se haya sido capaz de buscar la portería rival. No es suficiente perder por un tanto como un equipo como el Real Madrid por el mal momento que vive el equipo. No es suficiente el análisis de que el partido se haya perdido por una acción parado. No. No es suficiente. No basta.
El Real Valladolid está exigido por sus necesidades y estas hablan de que los pucelanos sólo se deben centrar en su día a día. Los de Sergio Gonzáez deben crecer en su juego y en sus muestras ofensivas porque estas son las que le acercarán a las victorias. Ya sea ante un Real Madrid débil o ante un equipo blanco fuerte y consistente. El Real Valladolid debe preocuparse de sus credenciales y de su regularidad. Desde todo ello y no desde los múltiples puntos que ofrecen los partidos, el Pucela podrá variar una tendencia que sea con el rival que sea deja a los de Sergio, actualmente, con cara de perdedor.