El Real Valladolid está en una situación complicada. El equipo, deportivamente, no está bien. No tiene soluciones y no ofrece respuestas que le lleven a variar su situación clasificatoria ni a ver ese cambio como una posibilidad. El problema blanquivioleta es alto y ante las carencias siempre llegan las exigencias o, como poco, las peticiones. Las redes sociales son una buena forma de calibrar el sentir de un sector de la afición y desde ellas se pide «unidad». Éste es el mismo mensaje de Sergio González y en el que en otros momentos han pedido jugadores como Óscar Plano o David Espinar, portavoz institucional del Club.
Con la metáfora del barco, desde el Real Valladolid se pide estar unidos e, incluso, «animar». Para mí, es un discurso vacío pero al que me quiero sumar si con él puedo ayudar a que el Real Valladolid salga de la mala situación que vive. No sé cómo, pero si puedo ayudar, lo haré. Si yo tengo una minúscula llave para que el equipo cambie su tendencia, se puede contar con ella. «Hay que animar y estar unidos», es el tópico que se asegura ahora, pero yo no lo entiendo.
No sé qué puedo sumar ni en qué puedo restar con el día a día. No lo creo en ninguna temporada pero, mucho menos, en la actual. Si una opinión genera incertidumbre o dudas, el problema no es de la opinión, es del que le afecta. No creo que mi ayuda al Real Valladolid sea mayor si digo que el empate (1-1) en el Estadio de Ipurúa fue un cambio de tendencia o que las derrotas (1-3) ante la Sociedad Deportiva Huesca y (1-0) ante el Deportivo Alavés fueron injustas. Mostrar un mundo irreal ni ayuda, ni suma ni une.
Una doble pregunta
Creyendo que un resultado deportivo tiene muchos responsables, término que nunca hay que confundir con culpables, jamás entiendo que el entorno sea considerado uno de ellos, y menos en una temporada como ésta. Sin público en las gradas, sin aficionados en los entrenamientos, con toque de queda en las ciudades, con restricciones sociales… El clima actual no me hace ver que la opinión de la afición o, incluso, de un pequeño sector genere desunión, problemas y división.
Yo no lo veo así y creo que no debería valorarse así y menos si todo se produce por la opiniones en redes sociales. Sin querer magnificar el peso de Twitter o Facebook, por ejemplo, mi duda sigue siendo la misma: ¿Cómo puedo ayudar yo al Real Valladolid en una situación como ésta? Quiero que alguien me lo explique y, de paso, también, que me diga qué es «competir» y en qué lo cumplieron los pucelanos en Éibar.