En la rueda de prensa previa al duelo, Sergio González fue cuestionado sobre cuál era la versión que él quería ver del equipo. Era una pregunta puramente futbolística que el entrenador catalán resumió diciendo que «lo que quiero es un Real Valladolid que compita». La respuesta, lejos de dar una solución, es como no decir nada. Considerando que ‘competir’ es un término que se ha utilizado en demasía, no sé qué puede ofrecer a las necesidades del actual Pucela saber que el entrenador cree que el equipo «compitió» en Ipurúa y que, con ello, hay «muchas cosas por decir».
Competir no es ser mejor que el rival. Competir no es ganar. Competir no es evolucionar sobre los últimos partidos. Competir no es dar todo por ganar. Competir no es estar cerca del objetivo. Competir puede que no sea nada más que cumplir con lo básico. Competir sí es poner excusas y resumir con simplicidad el fútbol porque hablar de competir es cerrar el debate. Personalmente, creo que ‘competir’ es no decir nada y no solucionar nada.
Competir no lleva, ahora, a que el Real Valladolid gane partidos ni a que éste más cerca de sus objetivos. Competir es dar por bueno lo conseguido, por pequeño que sea y éste no es el camino que necesita el Real Valladolid. Los de Sergio González necesitan crecer, evolucionar y ser regulares. Así llegarán las victorias. Ahora, conseguir tres puntos parece lejano, tanto como tras la derrota (2-0) ante el Villarreal CF.
Brotes verdes… de fútbol
En aquella ocasión, Sergio González vio más brotes verdes que nadie y, ciertamente, la lectura fue correcta. Tras perder en el Estadio de La Cerámica, el Pucela vivió la mejor etapa de la temporada. Lo hizo porque en los segundos 45 minutos consiguió ser mejor que el rival. Pese al marcador, los pucelanos fueron superiores en la segunda parte. Gracias a ello, el equipo se topó dos veces con el palo y asustó a los de Unai Emery.
Pese a la buena imagen nadie, más que el propio Sergio González, creía tras aquella segunda parte. Aquel fue un resquicio pequeño de fútbol pero, también, de juego, respuestas y propuesta, algo muy lejano a aquello de «competir» ante un rival directo, como hizo el Real Valladolid en Ipurúa y como parece que es suficiente para Sergio González tras sumar una victoria en 10 partidos ligueros.
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