Escuchada y vista, hasta en dos ocasiones, la rueda de prensa de Sergio González tras la derrota (1-0) ante el Deportivo Alavés, la sensación es clara: se ve fuera del Real Valladolid por su vestuario y por sus jugadores. Por los motivos que sean, el entrenador blanquivioleta sabe que ya no es el líder del equipo blanquivioleta y que su camino se ha cerrado. Él ya no es lo que necesita el equipo y, en la fase de asimilación, ha roto con el vestuario, la parte a la que más fuerza ha dado desde su llegada a Valladolid. Antes de asumir su responsabilidad, que lo hará como «hombre de fútbol» que es, se considera y se define, el entrenador ha querido ofrecerse como una víctima.
Es muy importante entender que las declaraciones de Sergio llegan tras un nuevo golpe en el terreno de juego. El factor caliente es válido pero, como ha asegurada @AlberCuesta17, la comparecencia estaba «ultra pensada». Algo ha ocurrido durante la semana o en las últimas jornadas en el día a día del Real Valladolid que ha hecho que Sergio vea que el equipo no está con él. Mencionando tantos barcos como se hace en el entorno del Estadio José Zorrilla en las últimas semanas, la gestión blanquivioleta ha hecho aguas y Sergio, antes de permitir que se mojase su imagen, la ha metido en un bote salvavidas.
El catalán es entrenador de fútbol antes que del Real Valladolid. Pese a que parezca que el catalán debe más al mundo blanquivioleta por los dos años y medio de pucelano que un aficionado por 20 años de fidelidad, Sergio, como cualquiera, mirará por él y su futuro y es lo que el catalán hizo en la sala de prensa de Vitoria. El aún blanquivioleta ve el final de su etapa en Zorrilla cerca y quiere que todo le salpique lo mínimo posible. Él quiere seguir entrenando. Lejos, quizás, de que cualquier análisis consiga mostrar cuál es el problema pucelano, la realidad de la rueda de prensa de Sergio González en el Estadio de Mendizorroza es la de un entrenador superado que ha roto con su vestuario.
Sergio, consciente
Sus declaraciones quieren señalar a los jugadores, a su compromiso con él y con el Club. Sergio González ha responsabilizado a sus futbolistas de todo en una comparecencia que hace que su continuidad sea imposible. Es inviable que el catalán pueda seguir en el Estadio José Zorrilla tras lo asegurado después de la décima derrota de la temporada. Él es consciente y pese a que pueda rectificar, el catalán saldrá de Valladolid más pronto que tarde y su intención es hacerlo manchado con la menos sangre posible del destrozo que se quedará en Zorrilla, su casa en los dos últimos años y medio. No más.