La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Linternazos

Gracias, Vicente, por hacerme fiel al Real Valladolid

Siempre he mirado el fútbol desde y gracias al Real Valladolid. Primero fue el escudo y luego el deporte, ciertamente. De pequeño me gustaba estar con mi padre pendientes de la radio y de cómo iban los partidos del Pucela. Recuerdo a la perfección la ilusión cuando mis padres instalaron Canal Satélite Digital. ¡Gracias a ello podía ver todos los partidos del Real Valladolid! Mi ilusión era ver al equipo, pero no ver fútbol. No recuerdo tener gran expectación por ver un duelo entre el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona ni, tampoco, contaba las horas para ver un duelo de Champions League.

Todo la expectación de los fines de semana era por ver los partidos del Pucela y era así porque mi padre es así. A él no le gusta mucho el fútbol, pero sí el Real Valladolid. Él no pierde un minuto de siesta por ver una final de la Champions o por ver un encuentro de un Mundial o una Eurocopa pero sí que es capaz de ir al Burgo de Osma a ver un partido de pretemporada entre el Real Valladolid y el Club Deportivo Numancia. Bajo esa idea crecí, luego la he cambiado y la he matizado, es cierto, pero siempre he tenido esa inercia de que antes de ver un partido de gran expectación prefiero ver al Pucela.

Esa idea es de mi padre y mi padre se arraigó más al Real Valladolid gracias a Vicente Cantatore. Hoy, cuando le he llamado para decir que había fallecido, lo ha sentido, y lo ha hecho de corazón. El argentino le hizo sentir el Real Valladolid más que nadie y le convenció de cuál era su equipo. Esa fuerza que le inyectó Cantatore me la transmitió él a mí. Recuerdo vivir juntos en la radio aquella victoria (3-1) ante el Fútbol Club Barcelona de Ronaldo Nazário. Era un partido de martes o miércoles pero gracias a escucharlo juntos me pude ir a la cama más tarde. La ilusión por ‘trasnochar’ fue grande y sólo se superó con aquella remontada.

El legado
En partidos como ese, mi padre, que no es un gran entendido de fútbol pero sí un gran aficionado al Real Valladolid, me hizo ver lo importante que es el cómo en el fútbol y lo importante que es vivir y jugar sin complejos. Mi padre siempre evita los complejos y ese era, también, el Real Valladolid de Vicente Cantatore. Más allá de la clasificación para la Copa de la UEFA en 1997, la salvación histórica de 1996 y la disputa de la final de Copa del Rey en 1989 estaba el cómo.

La forma de actuación de ese Pucela era lo que hizo que mi padre se arraigara más que nunca al Real Valladolid y que a mí, su hijo pequeño, le hiciera del Real Valladolid. Con mi hermano llegó tarde o, quizás, menos motivado y mi tío ya le había convencido o engañado, según se quiera ver, para ser del Real Zaragoza. Me padre sentía admiración por Cantatore y, por ello, recuerdo que cuando me pude hacer una foto con él el 2 de marzo de 1997, su ilusión era casi mayor que la mía.

Por todo este camino y sabiendo todo lo que me da diariamente el Real Valladolid, quiero dar las gracias a Vicente Cantatore en un día como hoy. A los 85 años ha fallecido pero ha dejado un legado que, como ha dicho Pedro José Rodríguez en Twitter, es mayor que sus resultados. El cómo consiguió transmitir y fidelizar es algo inolvidable y que a mí me ha dado un alimento que es diario para mi vida. ¡Gracias, Vicente! Descansa en paz.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte