El Real Valladolid vive de LaLiga Santander. La temporada pasada, Sergio González la calificó como el «alimento» del día a día blanquivioleta y sin decirlo lo sigue mostrado. Él tiene predilección por el torneo que como jugador ganó dos veces y, además, asegura tener «respeto máximo» por la competición pero, en parte, desvía el foco. El ejemplo es que cuando al entrenador catalán le ha tocado hablar de LaLiga sólo lo ha hecho de ella. No ha querido distracciones coperas. Antes de visitar Marbella, su previa estuvo tan centrada en el duelo ante el equipo malagueño como en la realidad de diferentes puntos del equipo.

Sabiendo y asumiendo, entre otros aspectos, que no está sabiendo obtener todo el rendimiento de Fabián Orellana, Sergio no ha podido negar la realidad que marca la actualidad del equipo y es que muchos jugadores con la etiqueta de ‘suplente’ están rindiendo por encima de lo esperado y de lo potenciado en diferentes momentos de la temporada. La realidad y la actualidad blanquivioleta son unas y van por encima de un encuentro copero que puede y debe decir mucho en el equipo y en diferentes jugadores.

El Real Valladolid necesita crecer en el campeonato copero porque muchos de sus futbolitas lo piden. Actualmente, Joaquín Fernández, Míchel Herrero, Javi Sánchez y Waldo Rubio piden minutos para volver a dinámicas y expectativas pasadas. La profundidad de banquillo de esta temporada invita a ver la Copa del Rey como el torneo para recuperar jugadores que esporádicamente no están bien, como es el caso de los mencionados. Así, la dinámica liguera del Pucela pasa por varios de los futbolistas que serán suplentes en Marbella o que verán el duelo por televisión desde Valladolid.

La realidad es ilusionante porque aquellos que estaban marcados como ‘titulares’ hace sólo unas semanas son, actualmente, jugadores secundarios en la planificación. En el baile de esos nombres que son secundarios y que antes fueron prioritarios y al revés está la actualidad de un Pucela que mira al duelo copero de Marbella con ganas de competir pero, también, con necesidad de conseguir.

Como ocurrió en la goleada (0-5) ante el Club Deportivo Cantolagua, éste es un partido «trampa», que denominó Toni Villa. Aunque en menor medida que en Estella, lo conseguido será una obligación y lo perdido un fracaso. Todo lo que se obtenga en tierras malagueñas será lo exigido, siendo, nuevamente, el cómo lo que defina si los protagonistas cambian su situación.

Cambio de papel
Los jugadores están viendo variados sus roles, como la mentalidad con la que el Real Valladolid viaja a Marbella. Para este segundo encuentro copero de la temporada, el equipo blanquivioleta es el que está exigido y Sergio lo sabe. La variación entre la versión liguera y copera es alta y lo marca la histórica «mejor versión» del catalán. En el contexto liguero, el entrenador blanquivioleta siempre ha intentando que sea su equipo el que trabaje sobre la «mejor versión» del rival, aunque en este caso es al revés. Será el Marbella el que la exija.

Este matiz, además de confirmar la realidad de que es el Pucela el que tiene la responsabilidad, ratifica que los pucelanos poseen una pobre o victimista visión en algunos encuentros ligueros. La frase de «el Marbella nos va a exigir la mejor versión» confirma que el Pucela tiene una idea para afrontar los partidos y que, en este caso, es totalmente diferente a la de muchos encuentros ligueros. El Real Valladolid estará exigido y los de Sergio deberán liderar el partido. Están preparados para ello. Ante un Segunda B y ante muchos equipos en LaLiga Santander. Lo están aunque, quizás, no se lo han creído lo suficiente.