La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Los partidos, en frío

El Pucela y Sergio han pisado el freno de la evolución

Tras el empate (1-1) ante el Sevilla FC, el Real Valladolid estaba en un gran momento. El equipo de Sergio González tenía todo lo que debía tener. Llegando al duelo en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán tras una gran victoria (3-2) ante el Club Atlético Osasuna y después de un duelo con doble sabor a victoria, los últimos dos encuentros han frenado la evolución pucelana y la confianza que se habían ganado el vestuario y el entrenador durante las últimas semanas. El equipo estaba en evolución pero ésta se ha visto frenada en los últimos 180 minutos.

Intentando dejar a un lado el análisis de la oportunidad perdida ante un Fútbol Club Barcelona, el empate culé (1-1) ante la Sociedad Deportiva Éibar multiplica la mala sensación que dejaron los blanquivioleta en el penúltimo partido del año 2020 y que se multiplicó en este último. En los últimos dos partidos lo único positivo que llevarse a la boca del Real Valladolid ha sido la portería a cero, un objetivo demasiado caro si para él se deben debe firmar encuentros con tan poco bagaje, tan mala lectura y tan pobre en evolución como el firmado en el Estadio Ramón de Carranza.

Pese a ese gran objetivo conseguido para Sergio González, nada de lo mostrado en Cádiz genera ilusión ni esperanza. En cuestión de lectura, intervención y evolución, la última jornada del 2020 ofrece más dudas que esperanzas y más para un equipo con el déficit de puntos que tiene éste. Sin comprar ninguno de los argumentos que Sergio González señaló en la rueda de prensa posterior al duelo y en los que señalaba que el equipo no leyó bien los últimos 20 minutos del partido por la «presión» y «la situación clasificatoria», el Real Valladolid se puede y se debe exigir más.

Existen contextos y detalles muy globales y subjetivos sobre los que se centran el acierto del equipo pero no una exigencia clara ante la falta de lectura y evolución de un equipo que debe ganar partidos. Tras 16 jornadas, el Real Valladolid no está en una situación límite pero sí que puede llegar a ella si no consigue imponerse en momentos cruciales y determinantes, como era la visita a Cádiz. Un duelo como éste debía ofrecer una lectura ambiciosa y futbolística del Real Valladolid. El equipo debía ofrecer su mejor cara e intención, y no consiguió mostrarla.

Dinámica perdida
Sumó y consiguió un reto primordial para su entrenador pero estos son objetivos menores para un equipo en zona de descenso y, muy posiblemente, para el conjunto que salió del Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. En Sevilla se vio un Real Valladolid ambicioso y que evolucionó mucho en la segunda parte. Ante los de Julen Lopetegui, el Pucela mostró todo aquello que venía defendiendo en las últimas jornadas. Leyendo bien los cambios y potenciando los contextos de cada jugador, el Pucela sumó un justo e importante punto. Con la enorme alegría y la motivación del gol de Raúl Carnero se afrontaban los últimos 180 minutos del año que, finalmente, resultaron decepcionantes.

Sabiendo que ante el Fútbol Club Barcelona se perdió una gran oportunidad y que no se estuvo a la altura de un rival en horas bajas, el duelo ante el Cádiz CF muestra que los pucelanos han perdido la estela de su crecimiento. Los 180 minutos firmados en los últimos dos partidos del año 2020 son impropios de un equipo que tiene argumentos para salir de la zona de descenso y que firmó, de forma consecutiva, los duelos ante CA Osasuna y Sevilla FC.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte