Antes del partido ante el Club Atlético Osasuna, Sergio González marcó un listón que, posteriormente durante el partido, cumplió a la perfección. El equipo blanquivioleta creció durante el duelo y consiguió pequeños objetivos que le hicieron conseguir una doble victoria ante el equipo de Jagoba Arrasate. La comparecencia previa del catalán se hizo exitosa tras el encuentro porque se consiguieron firmar todos los frentes alcanzables. En esta ocasión y antes de recibir al Fútbol Club Barcelona, Sergio ha seguido por el camino de esta temporada, el mismo que sufrió un importante cambio y atajo que le hizo estar más debilitado que nunca en su puesto.
Se llegó a hablar de una destitución y se vio que el equipo estaba perdido. Sin liderazgo del entrenador y con nervios y prisas por conseguir objetivos, el Real Valladolid se perdió. En las últimas semanas ha recuperado su ser gracias a una lectura consecuente, realista y productiva de Sergio González. Sabiendo que el crecimiento es vital para ganar partidos, su rueda de prensa previa a la visita del Fútbol Club Barcelona marca la importancia del duelo pero, también, la exigencia blanquivioleta en atacar todos los puntos de crecimiento que aún tiene.
El equipo está bien. En sensaciones y números, el actual Real Valladolid es tan evolutivo como fiable. Ha dejado atrás las dudas del juego y las generadas por los miedos del entrenador para dar un paso al frente y conseguir ver alcanzable su «margen de mejora». Para Sergio, que pide «realismo» en los análisis, el equipo aún no ha marcado su techo. Puede y debe crecer y puede y debe conseguirlo desde partidos como el del Fútbol Club Barcelona. Creyendo que en este encuentro sí existe una cierta fase en la que el Pucela está exigido, la petición blanquivioleta radica en crecer, evolución y atacar ese margen de mejora. Así se crecerá y la victoria estará más cerca.
Exigencias competitivas
Una confirmación de que el Real Valladolid está creciendo bajos los parámetros que esta plantilla esconde sería ganar un partido como éste. Desde el regreso a LaLiga Santander, estos duelos nunca han caído del lado blanquivioleta. La teoría de la manta que tanto niego para el análisis global del equipo sí que es válida para ver los encuentros ante el Fútbol Club Barcelona y rivales similares a él. Teniendo miedo a exponer en demasía, cuando el equipo ha vivido replegado no ha asustado nada y cuando se ha abierto, lo ha pagado en exceso.
Al Real Valladolid le faltaba ser completo y tener esas variantes que existen ahora. Conociendo a su plantilla y definiendo los perfiles de todos y cada uno de sus jugadores, como es el caso de Míchel Herrero, el Pucela está capacitado para dar una alegría final al año 2020. Sergio lo cree, como así lo ha definido en la previa. Asegurando que el equipo «ha mejorado con y sin balón», que «compite mejor» y que ha tenido opción de «adelantarse» en todos los partidos disputados en las últimas semanas, el Real Valladolid sabe que ganar al Fútbol Club Barcelona haría de este «buen momento» ese «momento top» que busca y quiere el entrenador catalán.
Es innegable que para ganar a un rival como el culé, por muy mal momento que viva, se va a exigir de la mejor propuesta, respuesta y lectura del equipo y del cuerpo técnico. Sabiéndolo, la visita azulgrana al Estadio José Zorrilla tiene una visión resultadista. Ganar sería un éxito porque para ello se habrían tenido que conseguir muchos éxitos durante el juego, todo lo contrario que en otro tipo de partidos, como el que supuso la primer victoria (2-1) de la temporada ante el Athletic Club. En aquel momento, el realismo que pedía Sergio era uno. Ahora es otro, y es aquél que se centra en el «margen de mejora» de un equipo que ha ganado tres y que sólo ha perdido uno de los seis últimos partidos.