Decía Luis César Sampedro que los partidos los ganan los «suplentes», aquéllos que salen desde el banquillo. Creyendo mucho en la evolución del juego y del partido desde la lectura de los cambios y del propio entrenador, mi opinión no es tan radical como la del preparador gallego, pero casi. Creo que las permutas y la lectura que se hagan desde el banquillo son capitales, y mucho más en un fútbol como el actual, con cinco cambios disponibles. Con mucha mayor responsabilidad sobre el entrenador, conocer al 100% a la plantilla es vital y Sergio González, poco a poco, lo va consiguiendo.
Desde esa evolución futbolística se han conseguido cuatro puntos en los dos últimos partidos. El Pucela ha estado en situación de ganar los duelos y ha tenido opciones reales de conseguir la victoria en evolutivas segundas partes. Ante el Club Atlético Osasuna y ante el Sevilla FC, el Real Valladolid ha terminado el partido mucho mejor de lo que lo ha empezado. Se ha adaptado bien a las exigencias del duelo y ha sabido sacar todo el jugo posible a su banquillo. En los últimos dos encuentros, el Real Valladolid ha dado un importante giro de tuerca a sus registros y, ahí, Sergio es el gran señalado.
De la misma forma que un entrenador es el responsable de la mala gestión y la nefasta evolución de su equipo, como lo fue Sergio en el inicio de esta temporada, las últimas semanas sonríen al liderazgo del catalán. Desde el último parón internacional, el Pucela ha tenido muy pocas debilidades. Creyendo que la victoria (2-1) ante el Athletic Club tapó muchas de las carencias del vestuario blanquivioleta, desde Granada hay otro equipo. Desde entonces, el Pucela es un equipo evolutivo, que se conoce y que sabe responder a casi todas las exigencias que se va encontrando por el camino.
Un contexto futbolístico
Así se remontó al Club Atlético Osasuna en la victoria (3-2) de la pasada semana y así se consiguió sumar en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Sabiendo lo obtenido, es momento de preguntarse cómo se han conseguido esos pequeños éxitos. Los múltiples recursos futbolísticos de este equipo han valido para darle la vuelta a los dos últimos encuentros e inclinar la balanza en favor de los de Sergio González. Con victoria o con empate.
El paso por vestuarios, por ejemplo, ha sentado bien al equipo en los dos últimos encuentros. Aprendiendo de los errores cometidos, por ejemplo en el Wanda Metropolitano, y disfrutando con el proceso que está viviendo, este Real Valladolid no sólo es mejor y más completo cada día sino que lo es con cada etapa que pasa. El Pucela deja la sensación de que cada semana conoce mejor dónde están sus posibilidades y recursos y así consigue evolucionar.
Desde la confianza de que se saben cuáles son todos los registros del equipo, el Real Valladolid crece. Se evoluciona en los partidos pero, también, de cara a toda la temporada. Desde esas pequeñas evoluciones semanales, el Pucela puede mirar a su futuro con determinación. Es cierto que sigue existiendo el hándicap clasificatorio de las primeras jornadas pero la realidad actual y la mejora blanquivioleta hacen que aquello ya no sea un peaje sino un contexto futbolístico que, poco a poco, va desapareciendo.