Tengo 32 años y llevo desde los 18 en un banquillo. Obviamente, el fútbol que yo vivo y veo en primera persona es muy diferente al profesional y al que envuelve al Real Valladolid. Son deportes totalmente diferentes. En el que yo me muevo, todo gira por disfrutar y por ser un motor de ocio. Gusta ganar, claro, pero siempre importa el cómo y el por qué. Bajo el argumento de que es difícil vender a un jugador que sale de trabajar a las 20.00 horas y que va directamente a entrenar que la sesión es puramente física, es complicado hacerle ver que el motor de la competición y los entrenamientos no sea disfrutar.
Así entiendo el fútbol amateur, algo que el profesional también hace o, al menos, eso me ha transmitido Sergio González tras sus declaraciones después del empate (1-1) ante el Sevilla FC. El del Estadio Sánchez-Pizjuán es un duelo de difícil lectura futbolística por tener muchos detalles que han sido decisivos pero del que el Real Valladolid ha conseguido obtener un punto por el disfrute que ha sido para todo el equipo. El once titular, el banquillo y el cuerpo técnico han disfrutado del duelo y ha sido ese el motor que ha llevado al equipo al empate. El grupo se ha creído que era viable puntuar y lo ha conseguido. Ha disfrutado del proceso del partido, como parece que lo está haciendo de su crecimiento.
En mi actual intención de hacer ver que los análisis no se producen siempre por el resultado sino que los motivos son los que producen el resultado, ese motor de motivación que Sergio ha señalado en la rueda de prensa es determinante para el encuentro porque el Real Valladolid ha disfrutado de la visita al Sánchez Pizjuán y del enfrentamiento ante el Sevilla FC al verse siempre dentro del partido.
Sin techo… de momento
«Sometiendo» al rival, término muy repetido por Sergio en su comparecencia, el Real Valladolid ha igualado fuerzas con un rival como el Sevilla FC porque ha confirmado que, poco a poco, va sabiendo quién es. Un equipo disfruta cuando se conoce y el Pucela ha dejado la sensación en Sevilla de que ya sabe quién es en casi toda su extensión. En la fase de conocimiento se descubren detalles que potencian el crecimiento del equipo y en ese camino está un Real Valladolid que ha sumado no por cuestión de «actitud», como ha señalado Sergio, sino porque el grupo está conociendo todas sus credenciales.
El cómo ha conseguido el Real Valladolid los dos últimos resultados han confirmado que este equipo tiene credenciales en su plantilla. Es importante obtener resultados, sí, pero, sobre todo, crecer en cómo se pueden conseguir. Por el camino de la lectura de «ganar por ganar» un equipo no evoluciona, no se conoce y no disfruta. El proceso es el mayor disfrute que existe en el fútbol. Profesional y amateur. Conocer tus límites es un motor que el Real Valladolid está averiguando en esta fase de la temporada y que se volverá a calibrar ante el Fútbol Club Barcelona.