La rueda de prensa de Sergio González antes del importante duelo ante el Club Atlético Osasuna dejó grandes titulares y palabras en las que el entrenador catalán confirmaba qué es lo que quiere para su equipo y cómo debe buscarlo. Creyendo que el Real Valladolid debe crecer desde lo «esencial», Sergio hablaba de saber utilizar la «magia» y las «alternativas» para crecer en los partidos. Con esta explicación lo que quería asegurar es que él quiere tener los partidos controlados. El planteamiento debe estar sustentando en tener un duelo sin sobresaltos y crecer dentro del propio juego.
En estas ideas expuestas por el entrenador catalán se señala a perfiles diferentes de jugadores, estilos que existen en este Real Valladolid, como se pudo ver en el estreno copero del equipo. Pese a la enorme diferencia de calidad y competición entre el Club Deportivo Cantolagua y los de Sergio González, el duelo ofrece contextos que se deben entender. Pese a que todo lo que se puede obtener de la visita en Estella está marcado por la categoría del rival, el duelo confirmó que este Real Valladolid tiene «magia», toda aquella que ofrecen Toni Villa y João Filipe.
Tanto el ’19’ como el ’40’, autores de tres de los cinco goles marcados por el Real Valladolid, son futbolistas con dotes para liderar lecturas de partidos y propuestas ofensivas del equipo de Sergio. Con personalidad y liderazgo para realizar una conducción, proponer una transición, realizar un disparo y atacar una segunda jugada, el juego blanquivioleta gana mucho y se hace, por momento, imprevisible. Jugadores con manejo de las dos piernas, con opciones de ofrecer diferentes respuestas y con calidad y ganas de reivindicarse son necesarios en un Pucela que, por momentos, ofrece pocas respuestas en el juego y pocas variantes desde el banquillo.
Esas propuestas iniciales de Sergio González, en las que el Real Valladolid quiere fallar poco y tener controlado el partido, deben variar con el avance del duelo. Los encuentros llevan a escenarios sobre los que tener respuesta, aquélla que ofrecen jugadores como Toni Villa y João Filipe. Entre el murciano y el portugués se suma esa lectura imprevisible y ambiciosa que necesita cualquier equipo. Ante un rival de inferior categoría, el Pucela se sustentó en ambos para dominar el encuentro, sentenciar el marcador y ofrecer posibilidades de cara al futuro.
Toni, Jota… y Míchel
Todas las lecturas que se pueden hacer del duelo están contextualizadas, sí, pero no por ello deben desaparecer del ambiente. No deben ser protagonistas pero sí estar presentes. Toni y Jota dijeron en el duelo en el Estadio de Merkatondoa que están para sumar y que el equipo puede utilizarlos o, como poco, darles la oportunidad de ver que su «magia» es viable para LaLiga Santander en mayores cantidades de las mostradas. En una lectura similar está Míchel Herrero. Su partido fue completo y su «alternativa» debe estar presente. Sus opciones en el equipo están condicionadas, pero existen. Su continuidad en el equipo tenía un «resquicio» al limitar sus «contextos de juego», pero con todo, lo que puede sumar a este equipo es similar a lo que hizo en Estella.
Desde aportaciones cortas, cercanas al área y exigiéndole más calidad y determinación que cantidad y acumulación, Míchel aún puede dar su última aportación al Real Valladolid. Tiene calidad y poso para hacerlo. Entre el ’21’ y Toni y Jota se suma una buena lectura del debut copero de la temporada. Sabiendo que lo conseguido en Estella no tendrá repercusión a corto plazo en el equipo blanquivioleta, éste sí ha visto confirmado que tiene esa «magia» y esas «alternativas» que mencionaba Sergio y que tanto necesita este equipo durante los partidos.