Nunca he entendido ni he compartido esa frase que asegura que «las victorias son de los jugadores y las derrotas de los entrenadores». Es una afirmación que en multitud de ocasiones acuñan los propios preparadores y que no es cierta. Creyendo que los entrenadores son la base de cualquier equipo y a los que más se les puede exigir, los últimos partidos del Real Valladolid han dejado una doble versión de Sergio González. Incluyendo el duelo en el Wanda Metropolitano, la sensación con el catalán es la misma de siempre.
En un estadio complicado y ante un rival temible, Sergio González estuvo bien en la propuesta. Noqueado el buen inicio atlético más que el mal inicio blanquivioleta, el encuentro caminó hacia el planteamiento pucelano. Pese a tener imprecisión con el balón, el Real Valladolid estuvo muy bien sin la posesión. Supo dónde robar y generar que el Atlético no estuviera cómodo en diferentes fases del partido. Los de Simeone dudaban con balón por mérito del Pucela. Es cierto que los vallisoletanos estaban bien pero les faltaba mordiente, todo lo contrario de lo que el Atlético de Madrid mostró en los momentos decisivos del duelo.
Sergio González confirmaba en la rueda de prensa tras el partido que el Atlético había sido «contundente en los detalles» pero yo creo que no fueron superiores y merecedores de la victoria en la segunda parte por esos «detalles» sino por saber dar un golpe sobre la mesa en momentos concretos y puntuales. Creyendo que el Real Valladolid igualó, como poco, la propuesta en determinadas fases, éstas no fueron las decisivas para el duelo.
La excepción de Granada
Nuevamente, la mala respuesta del equipo blanquivioleta tras el primer golpe del partido y la mala gestión desde el banquillo señala a un Sergio que rozó la perfección en la victoria (1-3) en Granada pero que no ha estado nada acertado ni en el empate (1-1) ante el Levante UD ni en el Wanda Metropiltano. En este caso no es cuestión de que el resultado marca el análisis, es que el análisis y el porqué del partido son los que han hecho el resultado, aquél que Sergio no ve que se vuelve a repetir en los mismo condicionantes de duelos atrás. El Real Valladolid perdió por lo mal que estuvo tras el primer gol colchonero.
Creyendo, como va demostrando poco a poco el equipo, que a este Real Valladolid se le puede pedir mucho más de lo que se le viene exigiendo y confirmando, a la vez, que el equipo puede ofrecer más sobre el terreno de juego, la duda y preocupación, nuevamente, vienen sobre la exigencia que se debe tener sobre Sergio González en saber responder a los partidos y al «directo». Tras 12 jornadas y con citaciones de 23 jugadores es impropio que el equipo tenga tan poco crecimiento en las segundas partes como ya es habitual en este Real Valladolid y como, exceptualmente, sí mostró en el Estadio de Los Cármenes.