El Real Valladolid ha sumado siete de los últimos nueve puntos en juego. Es una buena cifra pero no ha sido suficiente para el equipo de Sergio González. Pese a ser un buen volumen en una fase muy concreta de partidos, la situación clasificatoria de los pucelanos no ha cambiado en exceso ya que llegan al duelo en el Wanda Metropolitano en zona de descenso. La victoria del RC Celta de Vigo en Bilbao no debilita la mejora blanquivioleta pero sí que muestra el déficit de puntos con el que los vallisoletanos llegaron a la novena jornada.
Teniendo que esperar casi 10 partidos para degustar tres puntos, la exigencia vallisoletana va a ser alta durante un buen tiempo propia y no dependerá de a quién se enfrenten. Los de Sergio no van a poder mirar al rival para limitar sus exigencias porque su necesidad va a ser siempre la misma. El Pucela está obligado a que sus constantes evoluciones le lleven a sumar puntos porque de no conseguirlo, dos malos resultados consecutivos podrían suponer el cierre de la temporada o el de la etapa de Sergio González en Valladolid.
La clave para los partidos más próximos del Pucela, con Atlético de Madrid, Sevilla FC y FC Barcelona en el horizonte, es su propia exigencia. En zona de descenso antes de la visita a Madrid y con un duro calendario antes de cerrar el año 2020, el Real Valladolid se debe centrar en sus posibilidades. Pese a que visitar a un equipo como la actual versión del colchonero puede llevar a pensar en que el Pucela no tiene nada que perder, nada está más lejos de la realidad. En la situación que se ha generado en el equipo blanquivioleta, los pucelanos no pueden regalar nada y deben tener como una obligación su mejora y su imagen.
Poso y relevancia
Desde la evolución y la muestra de una identidad en el terreno de juego se llegará a ganar partidos, se doblegará el déficit del inicio de temporada y se saldrá de la zona de descenso, primero, y de la zona de peligro, después. Potenciar las posibilidades del equipo es la principal exigencia de un equipo que no se ha mostrado en todo su esplendor ni en el de todos sus jugadores. El margen de crecimiento del Real Valladolid es alto y es ese el que se debe atacar. Más allá de resultados, duelos como el del Atlético de Madrid no son viajes que deban pasar para el Pucela. Deben dejar un poso y una relevancia importante.
En esta ocasión, y antes de visitar a un equipo que no ha perdido en contexto liguero y que apenas ha encajados dos goles, el Pucela tiene una doble evolución que atacar. La variante del lateral derecho y la exigencia ofensiva son retos que debe asumir el equipo desde la ausencia de Sergi Guardiola y Fabián Orellana. La muestra del nivel blanquivioleta habla de que perder a dos de los tres jugadores con más minutos de la plantilla no es un grave problema y sí una oportunidad de mostrar potencial y posibilidades. Ya sea en esquema o en nombres. Esa potenciación es la base del crecimiento y la clave para visitar el Wanda Metropolitano y para afrontar otros encuentros próximos.