Indudablemente, el Real Valladolid está en el mejor momento económico e institucional de su historia reciente. Estar tres años consecutivos en LaLiga Santander en un momento de bonanza económica como el que hay en el fútbol español ha servido para que el Club no tenga «deuda con las instituciones», como aseguraba David Espinar este martes en la comparecencia de Ronaldo Nazário. De la misma forma, esa buena situación está llevando a que se pueda mirar a diferentes proyectos como la nueva Ciudad Deportiva. Tener esa ambición institucional era inimaginable hace unos años, aquellos, incluso, en los que el Real Valladolid estaba en LaLiga Santander.
Asegurando que la entidad está muy bien y muy fuerte en aspectos determinantes; en el contexto deportivo, el Real Valladolid está en una fase en el que se puede pedir más. Vivir tres temporadas en la élite del fútbol español es un buen rédito pero no un éxito, como parece que se vende y se asimila en muchos momentos. Este jueves, sin ir más lejos, Sergio hacia una mención al hecho de estar en Primera división y el «premio» que supone para un Club con más de 1.500 partidos en la élite del fútbol español.
No me considero un asiduo de la historia ni alguien que la utilice para la exigencia pero, tampoco, aquel que quiere olvidar lo conseguido para engrandecer el presente. La actualidad es un triunfo pero no un éxito. Deportivamente, el Real Valladolid se puede pedir más y no se debe contentar con ir a grandes estadios como el Wanda Metropolitano. En esta situación recuerdo unas declaraciones de Maheta Molango, ex CEO del RCD Mallorca en las que resumía la poca ambición del equipo bermellón el año pasado.
Exigencia y responsabilidad
En su tercer año, el Pucela no mira a los demás con admiración pero sí que se contenta con lo que ha conseguido y eleva a éxitos hechos que deben ser normales para una entidad como la blanquivioleta. «Uno de los premios que tiene jugar en Primera división es repetir escenario y repetir la posibilidad de jugar con equipos de la entidad del Atlético de Madrid», aseguraba Sergio González este jueves. Para mí es una frase preocupante porque muestra poca ambición deportiva. Lo es porque no creo que el Real Valladolid deba ver el jugar en LaLiga Santander como un «premio», y sí como una responsabilidad y una exigencia, formas para crecer y no conformarse. La receta para no estar tres años y sí mirar a estar 30.