Sigo dándole vueltas a la plantilla y a Sergio González. A Sergio González y a la plantilla. La unión entre el entrenador y los jugadores es importante para saber hasta dónde puede llegar el Real Valladolid esta temporada. Creyendo mucho en el potencial del equipo, me debato entre saber si Sergio González conoce ya todas las posibilidades de su equipo. En las primeras nueve jornadas la sensación era negativa. En Granada, por suerte, cambió. El triple cambio para afrontar los últimos 15 minutos me hizo ser optimista con la situación pucelana y cambiar, en parte, mi opinión.
En el empate (1-1) ante el Levante UD, la idea volvió a ser similar a la de semanas pasadas por un cambio en concreto, el de Javi Sánchez. Es cierto que es la última permuta que realiza Sergio González y que la hace sólo para seis minutos pero viene a demostrar uno de los mayores problemas que veo esta temporada en el equipo y en el cuerpo técnico. No comprendo la gestión y el aprovechamiento que el equipo está haciendo del centro del campo. Es cierto que Granada salió bien la entrada del ‘5’ y adelantar la posición a Joaquín Fernández, pero esta vez no. No lo fue porque no era lo que necesitaba el equipo.
El partido pedía otro estilo y otro jugador y la preocupación llega por la decisión de Sergio. Pese a que el entrenador movió bien el banquillo en el encuentro en el Estadio de Los Cármenes, el del levante UD era un duelo totalmente diferente. Ver las mismas necesidades y realizar el mismo cambio es un error. Entender que lo que quería hacer se lo podía dar Joaquín Fernández y no los tres centrocampistas específicos que tenía en el banquillo me preocupa y me lleva, nuevamente, a dudar sobre si Sergio González conoce todas las cualidades de su vestuario.
Triple problema
El enfrentamiento ante el Levante UD hizo que el Real Valladolid perdiese dos puntos. La gestión del error de Rubén Alcaraz fue determinante, como lo fue, también, la poca potenciación de los recursos que el Real Valladolid tiene para el centro del campo. Si Sergio González entiende que los registros del duelo en Granada pedían el mismo doble pivote para el tramo final que en el encuentro ante el Levante, el Pucela tiene un gran problema. Con Kike Pérez, con Roque Mesa y hasta con Míchel Herrero.
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