Este martes, LaLiga hizo oficiales los límites salariales de todos los equipos del fútbol profesional español. El Real Valladolid tendrá un poder económico para su plantilla y la parte más visible de su cuerpo técnico de más de 49 millones de euros. Inicialmente, la cifra me deja dudas de cómo ser analizada en el contexto deportivo y en el día a día. Creyendo que todos los avances y evoluciones suponen un punto de exigencia para el contexto futbolístico, éste no lo es menos. Señalando todos los retos y exigencias del juego y de los futbolistas sobre Sergio González, el límite salarial es una petición que se centra en Miguel Ángel Gómez.
Sin dejar pasar la oportunidad de hablar del límite salarial para confirmar que ésta es una muestra relevante de la buena situación económica e institucional del Real Valladolid, los 49 millones de euros para la gestión de la plantilla del primer equipo señalan a la dirección deportiva. Tener más dinero no es sinónimo de haber invertido mejor. Incluso se ha podido negociar peor. Con más margen, más libertad o menos freno. Es una opción que ha hecho, por ejemplo, que el Pucela haya realizado inversiones de calibre. Realizar el fichaje más caro de la historia de un Club de más de 90 años de historia es sinónimo de una inversión posterior que hay que gestionar en el día a día.
Con un presupuesto mayor, las exigencias y las obligaciones crecen. Para Miguel Ángel Gómez también. Su trabajo con la plantilla se ha cumplido en una fase importante pero, ahora, llega su gestión y su participación. No creo en los director deportivos intervencionistas pero sí en los participativos. Monchi, el gran ejemplo para muchos, es, para mí, un director deportivo muy participativo pero que, en determinados casos, parece ser intervencionista. Parece. Gómez es más discreto pero debe asumir su enorme parte en la administración de ese límite salarial. Es su obligación y su nueva exigencia.
Exigencia para Gómez
Actualmente, muchas de las apuestas del Club no están dentro de las prioridades de Sergio. Esas apuestas son, también, inversiones y, a la vez, exigencias económicas en el límite salarial. En ellas entra Miguel Ángel Gómez. Su participación en el día a día es alta y su peso en la evolución de determinados jugadores no debe ser menos. Sin conocer cifras oficiales de los jugadores, el peso que puede colgar sobre ellos es alto. Si Shon Weissman, por ejemplo, no sale de su situación actual, el israelí puede verse superado por la situación.
La inversión pucelana se devaluará y la exigencia aumentará. Con él y con Gómez. Como el ‘9’, otros tantos. Roque Mesa, Saidy Janko, Roberto Jiménez… El Pucela ha apostado este verano, ante el límite salarial más alto de la historia y el doble del de hace sólo dos temporadas, por jugadores que no son, actualmente, importantes para Sergio. La situación puede cambiar y de hacerlo será desde la confianza y el trabajo diario, aquél en el que también debe trabajar Miguel Ángel Gómez.
Él firma las apuestas del Club y, ahora, con exigencias y posibilidades económicas muy altas, el director deportivo también será analizado y exigido por el rendimiento y el peso que estos fichajes ofrezcan al equipo a medio y largo plazo durante la temporada y no sólo durante su estancia en Zorrilla. Si bien, y como afirma Roberto, «la competitividad se debilita» con determinadas gestiones, las mismas decisiones no eliminan a nadie y en esa otra gestión entra la participación de Miguel Ángel Gómez, el más exigido tras conocer que el Pucela tiene el decimotercer límite salarial más alto de LaLiga Santander.