La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Reflexiones

Nueve partidos y un problema que no encuentra solución

Luis Pérez cometió un penalti determinante en la victoria (2-1) ante el Athletic Club. La acción subió los miedos de un equipo que ya estaba acobardado. Al Real Valladolid le tocaba sufrir tras el tanto de Iñaki Williams que, más allá de la acción de ‘2’, era la confirmación del paso atrás que había dado el equipo con los cambios. Nuevamente, la gestión del partido y de los cinco sustituciones habían debilitado al Pucela y a su propuesta, dando alas a un rival que tomaba posiciones y adelantaba sus líneas.

En ese constante debate de saber qué es más determinante, si tu planteamiento o el del rival, si tus errores o los aciertos del rival, el enfrentamiento ante el Athletic Club me dejó, personalmente, la confirmación de que el Real Valladolid volvió a estar mal dirigido y gestionado. A Sergio González le sigue costando reconocer y conocer a su plantilla y realiza cambios y permutas que no devuelven al equipo a los mejores registros de su juego en el duelo. No es algo esporádico. Desde el primer encuentro de la temporada ha ocurrido. Ante la Real Sociedad fue más capital esa gestión que, incluso, el error de Jordi Masip.

En el duelo inaugural de la temporada, el Pucela estuvo bien. El equipo firmó 30 minutos iniciales de gran calidad. Además del gol, el Real Valladolid ofreció mucho de lo que prometió y ofreció en pretemporada. Es cierto que el equipo dio lo que se le pedía pero, obviamente, le faltaba consistencia. Era cuestión de tiempo, trabajo y evolución. Pese a ello, en el duelo se dieron carencias de gestión y de lectura. Al equipo se le hizo el partido largo. Sin la «mejor versión» del rival, aquélla a la que siempre hace referencia Sergio, el Real Valladolid perdió el control del duelo porque la intervención que se hizo desde el banquillo no fue la correcta para ‘leer’ el partido.

En el actual fútbol, con tres interrupciones disponibles, cinco cambios y hasta 23 convocados, la gestión ed cada equipo debe ser casi perfecta. Los entrenadores tienen muchas herramientas. Se pueden equivocar o pueden ser superados por el entrenador rival, obviamente. Son aspectos del juego reales que, en parte, se repiten constantemente. A nivel global, de memoria y con un análisis personal, creo que de los nueve partidos disputados sólo en la derrota (2-0) ante el Villarreal CF, el Pucela ha sido mejor que el rival en la segunda parte.

En esos segundos 45 minutos ante el equipo de Unai Emery, el duelo se hizo corto a los blanquivioleta. En el resto no creo que los pucelanos hayan terminado mejor que el rival. La muestra es que en las nueve jornadas sumadas, el Pucela sólo ha ganado la segunda parte del empate (1-1) ante el Celta de Vigo. En el resto, malas sensaciones al acumular ocho goles encajados y cinco derrotas.

Siete cambios perdidos
Curiosamente, o quizás no tanto, Sergio González ha dejado de realizar en estas nueve jornadas un total de siete sustituciones. Los cinco cambios permitidos han sido una herramienta que el catalán sólo ha utilizado en cuatro encuentros. Es cierto que las sustituciones no están para regalarlas. No es obligatorio usarlas, es verdad, pero es una herramienta que cada cuerpo técnico tiene para el beneficio de su equipo. Gestionar bien esas cinco permutas es un reto que exige conocer muy bien a la plantilla. Para obtener el máximo rendimiento del equipo hay que saber todas sus posibilidades y, posiblemente, Sergio aún no lo sabe.

Resulta complejo de entender pero es la sensación que arroja un equipo que está en zona de descenso por los 810 minutos disputados pero que ofrece mayores dudas si cabe en los segundos 45 minutos de cada encuentro. En aquellos en los que el entrenador debe remar, sumar y aportar el equipo el cuesta ser superior al rival. Las sensaciones lo dicen, los números lo demuestran en partidos tan diferentes como los que ha tenido el Pucela en los dos primeros meses de competición. Con inferioridad propia o ajena, por ejemplo, la sensación ha sido similar: la de un equipo por hacer y trabajar, más allá de una victoria que dice poco de momento.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte