Con tres puntos de 24 posibles y sin victorias desde el inicio de la temporada, el Real Valladolid está en un momento crítico. Hay pocas excusas pese a que Óscar Plano quisiera señalar al entorno en la previa a la novena jornada y pese a que Sergio González se haya excusado en su rueda de prensa previa a la visita del Athletic Club. Ante el desnivel de minutos, confianza y equilibrio, lo que él llama «déficit», el entrenador catalán se ha excusado con el típico argumento de la versión contraria. «Si no hiciera cambios también lo diríais», ha asegurado.
Obviamente existirían esas opiniones, como en cualquier ámbito, pero no por ello la gestión de Sergio González está siendo menos mala. El equipo está perdido y lo está por la lectura de su entrenador. Hablando del «déficit» que él ve en el equipo, es incomprensible que justifique los constantes vaivenes argumentando qué opinaría el entorno en otra situación totalmente distinta. Con ello, quizás se siente más respaldado aunque no desaparecen las carencias de un equipo que no puede fallar ante el Athletic Club.
Con esa exigencia, en la novena jornada de LaLiga Santander se puede esperar la mejor versión del Real Valladolid porque así lo ha narrado su entrenador. Es imposible pensar que el equipo no estará en situación de ganar, todo lo contrario de los dos últimos partidos, por la narración que el entrenador ha hecho este viernes del duelo ante el Villarreal CF y del aprovechamiento que el Pucela hizo de los segundos 45 minutos.
Tras escuchar al entrenador queda claro que el Real Valladolid dio por perdido el encuentro en el descanso del Estadio de la Cerámica y que miró a futuro más próximo. Disputando una segunda parte «sin miedo» y nada «atenazados», el equipo se «soltó» y mejoró su versión mirando ya al duelo ante los de Gaizka Garitano.
Era lógico mejorar el rendimiento de la primera parte pero no que fuera la inercia para ganar el siguiente partido. Pese a que los de Unai Emery no vieron peligrar el duelo, Sergio ve en ese duelo el primer ladrillo para la victoria ante el Athletic Club. Parece insuficiente pero con la comparecencia previa, el entrenador catalán ha eliminado muchas de las posibles excusas del Real Valladolid para el partido. Sin ser extremandamente ambicioso, y manteniendo el «dilema» de cómo gestionar el día a día del equipo y los onces titulares, Sergio ha querido ser positivo.
Sí, pero no
Queriendo mirar al futuro y creyendo que el partido «más importante» es el siguiente, Sergio ha propuesto que el equipo se aísle de la clasificación durante la semana para preparar en las mejores condiciones el duelo. Sabiendo que el equipo está «débil» y pidiendo una «cabeza limpia», Sergio González ha ofrecido una rueda de prensa inesperada. El discurso realizado no va con la realidad del equipo y las opciones del porqué son dos: la positividad con la que quiere mirar al futuro o una nueva versión de creencia en el potencial del equipo.
Sea de una forma o de otra, el Real Valladolid se la juega ante el Athletic. El proyecto pucelano está en juego y el puesto de Sergio González, también. Tras una semana con mucha «intención » e «intuición», todo lo contrario de lo que pide la actualidad del equipo, Sergio tiene la receta para ganar al Athletic. Ahora sí que sí, el Real Valladolid tiene que ganar y lo tiene que hacer por la supervivencia del equipo y de su proyecto pero, sobre todo, por la de su entrenador.
En una propuesta futbolística centrada en tener más jugadores detrás del balón que delante al saber que su idea pasa por estar «bien distribuidos y equilibrados» y centrados en coberturas, el preparador blanquivoleta ha querido mostrar un discurso desenfadado y atrevido. Ha querido recordar su idea del comienzo de temporada para, futbolísticamente, mirar al Real Valladolid que varió para la dolorosa visita al Estadio de El Alcoraz que comenzó a crear el fin de su etapa en Zorrilla.