El Real Valladolid ha encajado nueve goles en seis partidos. Parece una cifra desorbitada aunque la realidad habla de que es sólo un tanto encajado más que la temporada pasada tras los mismos partidos y minutos. El equipo está en un momento de indecisión relevante. Querer cambiar el trabajo realizado desde el primer día de pretemporada ha desequilibrado a una plantilla que, supuestamente y en palabras de Sergio González, había asumido «muy bien» los matices. El equipo, ahora, está muy tocado, y no tiene otra opción que apostar por aquellos jugadores que van a sumar todo lo que necesita el equipo.
A nivel de defensa, el Real Valladolid debe crecer desde la apuesta por jugadores como Joaquín Fernández o Roberto Jiménez. El equipo necesita crecer desde los rasgos y condiciones de otros futbolistas como Marcos André. Pese a que sólo se quiera mirar al concepto defensivo para argumentar el mal momento, el Real Valladolid no ha conseguido quitarse de una forma consistente ese aroma a previsibilidad que ha ofrecido otros años. Se quiere vivir más en campo rival y se quiere potenciar más verticalidad, entre otros aspectos, pero se busca con los mismos jugadores de otras temporadas.
En el empate (2-2) ante la Sociedad Deportiva Huesca, el ataque blanquivioleta lo firmaron Óscar Plano, Sergi Guardiola, Waldo Rubio y Toni Villa, cuarta, tercera, tercera y cuarta temporada en el primer equipo, respectivamente. Obviamente, para un cambio tiene que haber condiciones diferentes a las de campañas atrás en lo que a propuesta se refiere pero, también, en lo que a cualidades se exige. Por mucho que Toni haya cambiado su demarcación, el Real Valladolid pide otras cualidades. Necesita frescura, verticalidad, transiciones… ¡El Real Valladolid necesita a Marcos André!
¡Ya de ya!
Camino de la séptima jornada de LaLiga Santasnder 2020/2021, el brasileño ha sumado 165 minutos y sólo una titularidad. Sergi Guardiola, por ejemplo, casi le triplica en minutos. Es cierto que se trata de la primera campaña del ’16’ en la élite del fútbol español pero, a la vez, se trata de un jugador que ha sumado cualidades muy diferentes a las que tiene el equipo y rasgos muy necesarios para la evolución y el momento del equipo.
Es cierto que le faltan matices y puntos para un rendimiento diferencial pero sólo existe una receta para ver el crecimiento del jugador: la competición. Sabiendo que desde los minutos se verá el mejor Marcos André y conociendo la necesidad que el equipo tiene de su juego, la apuesta por el brasileño debe llegar ya. Ya de ya.