En el último momento del mercado de fichajes, el Real Valladolid se hizo con Roque Mesa. El centrocampista grancanario se vinculaba por tres temporadas con el Estadio José Zorrilla. Sabiendo que posee un estilo de juego muy determinado y conociendo los contextos en los que mejor se mueve, el Pucela se ha hecho con un perfil específico, que no existía en el vestuario del primer equipo y que suma nuevos rasgos, pese a tener que responder muchas preguntas en las próximas semanas y meses.
El ex del Sevilla FC, Club Deportivo Leganés o Unión Deportiva Las Palmas, entre otros, debe responder, actualmente, a las cuestiones que llevan a preguntarse en qué nivel llega, con qué ambición afronta esta etapa y cuánto tiempo va a necesitar para adecuarse a las exigencias de Sergio González y del estilo blanquivioleta. Sabiendo de su fútbol y de sus contextos, deportivos y no futbolísticos, esta andadura del centrocampista granacanario va a estar marcada por el cumplimiento de las etapas del jugador.
Cada etapa tendrá unas necesidades, unas exigencias y unas preguntas. Roque Mesa siempre va a estar definido en su etapa de tres temporadas en el Estadio José Zorrilla por las cuestiones que sepa responder y por cómo lo haga. Cumpliendo con las expectativas que se marca a un jugador de su estilo, bagaje y potencial, Roque Mesa sumará mucho a un Pucela que necesita imprimir mayor verticalidad, más velocidad de juego y mayor recorrido de los centrocampistas.
Personalidad y protagonismo
Estas exigencias, pasadas y actuales, son muchas de las que ha defendido Roque Mesa en su carrera. Querer la posesión pero saber qué hacer con ella cuando se tenga son necesidades que el Pucela ha solicitado desde el pasado verano y tras las primeras cinco jornadas ligueras. Para ese cambio y ese punto en el que se va a asumir personalidad y protagonismo, Roque Mesa puede decir mucho y ayudar mucho al club con el que se ha comprometido hasta el año 2023.
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