Talento joven, con calidad, personalidad, ganas de competir y crecer pero, a su vez, con inexperiencia en LaLiga Santander y falta de competitividad al más alto nivel. Estos son los credenciales y rasgos que definen a João Filipe, más conocido como Jota. El nuevo fichaje del Real Valladolid llega al Estadio José Zorrilla convencido de sus posibilidades pero, en gran parte, supeditado al peso que el Club y, sobre todo, Sergio González le quieran dar.
El perfil del jugador no era el que el Pucela necesitaba pero fue una oportunidad de mercado irrechazable. La calidad que posee y la determinación que siempre ha mostrado son aspectos que llaman la atención de cualquier equipo que quiera ser protagonista. Al portugués no le pesa la responsabilidad ni la tiembla el pulso cuando tiene que asumir liderazgo. Así, en el nuevo Real Valladolid tiene cabida, algo difícil de pensar en el de temporadas pasadas.
Con todo, la llegada del jugador es ilusionante al ser un perfil interesante. Pese a ser un jugador del estilo y exigencias de Toni Villa, aunque con mayor calidad en la conducción y un punto mayor de desborde y velocidad, un estilo como el suyo nunca sobra en un equipo como el Real Valladolid, aunque todo dependerá del peso que le quiera dar Sergio. Obviamente, Jota necesitará confianza, minutos y titularidades. Si el Pucela quiere explotar la mejor versión del nuevo jugador blanquivioleta, el rol que tuvo la temporada pasada en el SL Benfica, con sólo una titularidad liguera en 18 partidos, queda descartado.
Un talento desenfadado y descarado
Pese a ser el único jugador cedido de la plantilla, en las manos de Sergio está saber si el Club ve al futbolista como ese melón por abrir y probar o como ese talento desenfadado, descarado y de calidad que puede y sabe sumar desde diferentes rasgos de juego y condiciones futbolísticas pero desde la certeza de que se siente importante y tiene relevancia para el entrenador.
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