En la previa a la visita de la Sociedad Deportiva Éibar al Estadio José Zorrilla ya se cuestionó a Sergio sobre la opción de cambiar el estilo y hacer que el Real Valladolid defendiese más atrás y olvidase esa soñada, necesaria y exigente evolución. Yo tengo muy claro que el Real Valladolid debe vivir más en campo contrario. Creo que el equipo debe ofrecer más fuerza en ataque porque tiene jugadores que lo necesitan. Marcos André, Fabián Orellana, Shon Weissman, Jawad El Yamiq, Saidy Janko… Todos los llegados y muchos de los presentes, como Sergi Guardiola o Toni Villa, necesitan esa evolución y el Pucela debe seguir buscándola.
Ahora, tras una dura derrota (1-2) ante la Sociedad Deportiva Éibar, más. Achacando a Sergio, como él mismo ha confesado, que al equipo le ha faltado personalidad en el duelo ante los de José Luis Mendilibar, el equipo ahora no puede ni debe dar un bandazo. Los blanquivioleta se deben centrar en mejorar sus credenciales pero no en olvidar lo construido para volver a lo que en otro momento y con otros protagonistas dio resultado.
Que Sergio González y el Real Valladolid dieran marcha atrás en su propuesta sería un error. Nuevamente, y como el propio entrenador aseguró en la previa de esta quinta jornada, los goles recibidos y los malos resultados cosechados nada tienen que ver con la «estructura» o el estilo y sí con el trabajo. No dudo de la implicación de Sergio González ni del actual equipo, como nunca he hecho de ningún profesional que estuviese en el banquillo pucelano, pero sí de los tiempos de trabajo.
«Trabajar y trabajar»
Ser protagonista en el fútbol siempre es difícil y más en un equipo y en unos jugadores definidos para no llevar el peso y no tener el control del partido en los últimos dos años. No es lo mismo vivir de los errores que comete el rival que de los propios aciertos. Es un cambio importante y una variación que exige de mucho tiempo, trabajo y espera. En los golpes y en las derrotas está una fase importante del juego, del aprendizaje y de la evolución. Por ello, la dura derrota ante el Éibar no debe romper nada sino confirmar que el Real Valladolid debe seguir trabajando, entrenando y mejorando.
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