Quizás me obceco demasiado en percepciones y saco demasiadas conclusiones de interpretaciones, pero pasan las ruedas de prensa de Sergio González y veo un discurso muy diferente en el entrenador catalán al de temporadas pasadas. Es cierto que el míster blanquivioleta nunca negaba las posibilidades de victoria y competitividad de su equipo, pero sí que aludía a demasiados condicionantes propios para limitar las opciones de su equipo ante cualquier tipo de expectativa. Tantas eran esas limitaciones que podrían llegar a ser vistas como excusas.
Ahora, y pese a no tener la plantilla ni mucho menos cerrada, su discurso es totalmente diferente. Sergio sigue sin hablar de «mejor versión» y sí de «descaro», un ejemplo que para mí es significativo. No sé si es una cuestión de ambición, de autoexigencia, de ganas de crecimiento o de demanda del Club, pero el discurso de Sergio es totalmente diferente en estas primeras cuatro jornadas que se van a disputar en LaLiga Santander.
Con todo, va ser determinante calibrar hasta qué punto lo va a mantener y ante cuántos y qué resultados negativos lo querrá sostener. Esperando estos posibles acontecimientos, escuchar los análisis previos a los partidos sustentados en las exigencias propias es, para mí, un éxito y una bocanada de aire fresco para el Real Valladolid. La forma en la que transmite ahora el entrenador pucelano es ciertamente ilusionante.
Personalmente me está convenciendo y no por asegurar que el equipo viaja al Estadio Alfredo Di Stéfano con «ilusión» sino porque habla de su equipo, de su fase de evolución y de los condicionantes que existen en el «proceso» de crecimiento. Este Real Valladolid es, a estas alturas, un equipo con mucho margen de mejora. Sergio lo sabe y entiende hasta dónde puede y debe pedir pero sabiendo que la exigencia debe ser siempre «la misma» porque éste es un concepto que depende de él y de sus jugadores.
Un líder que cree en lo que dice
Ciertamente, en las primeras tres jornadas se ha visto un Real Valladolid global bueno. Creo que ha dejado grandes sensaciones en dos de los tres partidos. En el Estadio José Zorrilla se ha visto un Pucela en crecimiento y con buenas ideas ofensivas, de construcción y evolución. Nadie puede pedir mucho más al equipo blanquivioleta por lo intentado en gran parte de esas tres primeras jornadas pero, sobre todo, por los dos primeros duelos de local.
En ellos se ha visto un Pucela seguro de saber dónde tiene que crecer y cómo tiene que hacerlo. Sabe dónde están sus retos y cuál debe ser su exigencia. Para mí, de momento, es más que suficiente porque veo a un equipo en evolución y a un entrenador seguro de cómo gestionarlo. Sergio no pone freno y, para mí, es suficiente. Sin victorias pero con sólo una derrota es momento de confirmar. No de cambiar ni potenciar.
Centrado ya más en el duelo ante el Real Madrid, el discurso de Sergio González es muy futbolístico y da con la clave no sólo para el partido ante el equipo de Zinedine Zidane sino, también, para la evolución de juego que tiene el equipo y que también marcan esos detalles que debe cerrar el Club en lo que a fichajes se refiere. El Real Valladolid ha sido un equipo previsible en ataque desde el ascenso porque le ha costado mucho correr con balón y tras el robo. Sergio demanda esa exigencia para conseguir estar en situación de ganar el partido ante el Real Madrid y «hacer correr hacia atrás» al rival. Él lo pide para este partido, sabiendo que es uno de los puntos clave del crecimiento del equipo para toda la temporada.