Se acerca el final del mercado y la pregunta es qué necesita firmar el Real Valladolid para detallar la plantilla tras ver que Sergio González ha centrado el discurso sobre qué tipo de vestuario tener. Independientemente de los jugadores que deban salir del Estadio José Zorrilla, otro tema a tratar aunque esté muy unido a éste, los pucelanos deben realizar diferentes operaciones pero, también, adaptarse a lo que ya existe en el equipo y las posibilidades que los recursos propios ya ofrecen.
Hace unos meses nadie hubiera apostado por ver un partido de Toni Villa en el juego interior como el que firmó este domingo en el empate (1-1) ante el Celta de Vigo. Sergio González buscó ese punto de adaptación del que hablaba Miguel Ángel Gómez este lunes y supo sacar parte del jugo que el futbolista tiene. Esa variación puede no ser la única por lo que yo entiendo y opino que debe firmar el Real Valladolid en el tramo final del mercado de fichajes. Teniendo claro cuál es el jugador ofensivo que falta al Pucela, la posición del centro del campo quizás no demanda ese perfil del que tanto se habla.
La vertiente de un jugador ‘ofensivo’ es una demanda muy popular que existe en el entorno blanquivioleta y que, para mí, puede estar mal enfocada. Con toda la razón se ha analizado que el equipo de Sergio tiene carencias en ataque. El año pasado era un equipo previsible y sin ese pase final tan necesario para llegar a portería rival pero, también, para generar una salida de balón más limpia. Esa vertiente se puede limar mucho con la incursión de un jugador entre líneas. Ese enganche, ya sea Fabián Orellana o Toni Villa, dará creación a un equipo que, para mí, necesita reforzar el centro del campo con un perfil más de campo propio.
Alejado de etiquetas tan marcadas como las que busca Sergio para el centro del campo, sí que creo que el Pucela haría bien en reforzar la demarcación que viene ocupando Fede San Emeterio en las primeras tres jornadas. Pese a la confianza que tengo en el jugador cántabro, si éste no ataca rápidamente las exigencias competitivas a su juego, su rol disminuirá. El ’20’ podría ver reducida su presencia en el equipo de no atacar diferentes detalles de un juego en el que Rubén Alcaraz debe evolucionar. Mucho se habla en el fútbol actual de un jugador ‘box to box’. Un activo de ida y vuelta. Fuerte en campo propio y llegador.
Una demarcación ‘nueva’
Se trata de un perfil caro pero, también, de un activo que en el Real Valladolid ya existe. El ’14’ es ese jugador que puede cambiar partidos con llegada, kilómetros, golpeo y transiciones. Alcaraz es un jugador muy completo que debe tener nuevos objetivos para eliminar el posible estancamiento de su rendimiento. Fortalecido ese centro del campo, los días finales del mercado miran mucho al extremo izquierdo. Para mí, una posición que cambiar al 100%.
Sin contar con Toni Villa para ella y asumiendo que Fabián Orellana puede sumar pequeñas fracciones en ese costado, el Real Valladolid pide a ese jugador de pierna izquierda y a José Arnáiz. Sabiendo la operación del de Talavera de la Reina, la apuesta económica del Real Valladolid debe ir por él. Con la vuelta del canterano, el equipo demanda un jugador de pierna izquierda. Sin necesidad de una inversión muy elevada, arriesgar como aseguró Gómez, por un jugador joven es una variante interesante.
La idea de juego de Sergio quiere un jugador que abra el campo y que genera superioridad exterior, pero no es la base de su modelo de juego. Por ello, un jugador que sume sin exigencia ni grandes expectativas puede ser un plus favorable en un Real Valladolid que no necesita un nuevo delantero. Por número y exigencias actuales. Fortaleciendo como pide la situación la segunda línea del ataque, el Pucela crecerá en todas sus necesidades: ofensivas y de construcción. En muchas ocasiones no se mira a lo que uno ya tiene y se cree que en el mercado están las curas cuando, en realidad, la mejor evolución es la que pueden marcar los jugadores ya presentes en el equipo, como el caso de Toni Villa o Rubén Alcaraz.