Antes del duelo ante el Celta de Vigo tenía claro que el «proceso» del que habló Sergio González en la previa a la visita al Real Betis no es sólo grupal. Era y es una exigencia compartida entre el vestuario y diferentes jugadores del primer equipo. Activos como Toni Villa, Luis Pérez, Kike Pérez o Marcos André eran, son y serán jugadores determinantes para el futuro blanquivioleta pero, también, para la actualidad.
Esta semana, con la despedida de Antoñito Regal del Real Valladolid, aseguré que el exlateral blanquivioleta había sido un perfil ‘bajo’ que había permitido que el Pucela pueda ser ahora más ambicioso. El Club mira al futuro gracias a lo conseguido en los tres últimos años y ahí Antoñito fue capital. El sevillano ayudó al proceso y al momento que vive el Real Valladolid, aquél en el que hay jugadores que deben ser vitales por perfil, fútbol, potencial y, también, por la necesidad que el Real Valladolid tiene de ellos.
Que Luis Pérez sea el lateral derecho del equipo debe ser obligado y no generado por la lesión de Javi Moyano. El equipo necesita al ‘2’. Por su verticalidad y transición. De la misma forma ocurre con Kike Pérez. El ‘8’ tiene mucho margen de maniobra y crecimiento pero tiene esa presencia en campo contrario que tanto necesita el equipo. Sergio González necesita a los ‘Pérez’ de la misma forma que demanda la presencia de Marcos André. El brasileño mostró la frescura que le caracteriza en apenas 15 minutos de blanquivioleta. Al poco de saltar ya se había visto que era diferente, como confirmó Toni Villa que es en el juego interior.
Toni Villa por dentro y 10 más
El ’19’ es un jugador decisivo cuando tiene protagonismo y peso. Sobre él se puede y, quizás, se debe crear una cierta estructura de ataque del Real Valladolid. Ante el Celta de Vigo se vio a un jugador ambicioso y capaz de tener ese peso y relevancia en el enganche que tanto se venía demandando sobre él desde hace meses. El murciano es un jugador de una calidad determinante y un activo sobre el que crear mucha de la base y el futuro del Real Valladolid. Él puede liderar un equipo en el que talentos jóvenes, preparados y con cierto margen de paciencia y crecimiento serán determinantes, siempre y cuando tengan la oportunidad y la confianza.
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