La mala imagen del Real Valladolid en los primeros 45 minutos de la derrota (2-0) ante el Real Betis del pasado fin de semana siguen en el aire blanquivioleta. El mal encuentro blanquivioleta firmado en Sevilla exige de una revancha que los pucelanos buscarán ante el Celta de Vigo. Pese a que Sergio, seguro de su discurso, resta trascendencia al duelo ante los gallegos, la realidad blanquivioleta habla de la necesidad de un buen partido y la confirmación de algún cambio. Todo tras una comparecencia en la que el entrenador vallisoletano centra su discurso.
En los últimos días, las declaraciones del míster blanquivioleta iban encaminadas hacia asegurar que quería una plantilla de 22 jugadores cuando, realmente, necesitaba una mayor. El entrenador pucelano no buscaba una plantilla grande ni, tampoco, una exigencia muy alta en el día a día. Sergio quiere una gestión ‘fácil’ y la busca desde una plantilla comprometida y sin grandes distancias. Éste ha sido el sustento de las dos temporadas anteriores, algo que, ahora, está imposibilitado por la necesidad de la competición.
El Real Valladolid, como cualquier otro equipo de la competición, debe tener el mayor número posible de activos disponibles porque no es cuestión de lo que uno quiera sino de lo que uno necesite. Si por tercera jornada consecutiva el equipo no va a poder completar la convocatoria con jugadores profesionales, la realidad es que el plantel se está quedando corto. Por ello es importante que Sergio González haya cambiado su discurso y sepa qué es lo que necesita él y el equipo.
Sin grandes expectativas
El Real Valladolid, en palabras de su entrenador, ha confirmado que ha cambiado su idea y que tendrá más de 22 jugadores. Sergio lo ha confirmado en una rueda de prensa en la que ha regateado la posible exigencia y la necesidad de un buen partido ante el Celta de Vigo. Después de lo vivido en Sevilla, el Pucela necesita lavar su imagen pero, por el momento, el entrenador no quiere exigencias de tiempos. Nunca ha trabajado con ellas y, ahora, no las busca. Desde un perfil bajo, el Real Valladolid se ha movido bien en las dos anteriores temporadas y es lo que Sergio quiere seguir haciendo esta temporada.
Pese al cambio que se espera del equipo y el paso al frente que se busca del estilo de juego, el entrenador blanquivioleta no quiere elevar las expectativas, aumentar la exigencia y potenciar los riesgos. Por ello, y de cara a la tercera jornada liguera, Sergio González habla más del encuentro inaugural que del último. En el empate (1-1) ante la Real Sociedad, el Pucela dejó buenas sensaciones y son esas sobre de las que se nutre Sergio y con las que trabaja y diseña el entrenador blanquivioleta.
Esperando que lo de Sevilla sea la «excepción» de la temporada porque «el día de la Real todos acabamos muy contentos», Sergio quiere frenar las críticas y las exigencias. Él sabe que el equipo tiene que dar un cambio a su estilo y potenciar sus mejores posibilidades y jugadores pero de una forma evolutiva, tranquila y sosegada. Pese a lo visto en los primeros 45 minutos de Sevilla, no es momento para ponerse nervioso y sí para mirar qué ha hecho bien el equipo o, al menos, eso piensa Sergio González.
En una previa marcada por la confirmación de que Shon Weissman no estará en el duelo por motivos personales y religiosos, el nombre propio de la comparecencia de Sergio es el de Jawad El Yamiq. La sexta cara nueva del Real Valladolid para esta temporada es un jugador que puede y debe sumar mucho al equipo y del que el entrenador catalán espera «altura, aplomo, versatilidad, porque pese a su altura se mueve bien, y buen toque de balón». Son condiciones determinantes para la evolución que necesita el Pucela y que puede sumar el central marroquí, un refuerzo de lujo y un jugador que marca el cambio de idea de Sergio González sobre la amplitud de la plantilla.