El Real Valladolid, como cualquier equipo de LaLiga Santander, afronta los últimos momentos del mercado. Restan poco más de 10 días para que la ventana de fichajes se cierre y la entidad blanquivioleta se debate entre varias operaciones. Entre llegadas y salidas, el Estadio José Zorrilla tiene que dar un último empujón a la plantilla de Sergio González. El entrenador blanquivioleta ha confirmado en varias ocasiones la petición de tener un plantel de 22 jugadores, pese a dejar muestras claras de necesitar más futbolistas. Esa diferencia entre ‘querer’ y ‘necesitar’ dobla el discurso del entrenador.
Creo, honesta y humildemente, que Sergio González sabe que necesita una plantilla de más de 22 jugadores pero que la rechaza por las dificultades de gestión que ésta le puede suponer. El míster pucelano ha destacado con asiduidad la fortaleza del grupo. Éste siempre ha sabido responder y no han existido desde el ascenso grandes problemas de egos. Todo jugador entendió, asumió y sumó desde su papel. Nadie se salió del guión y es lo que Sergio quiere repetir, aunque sepa que no es ventajoso por las circunstancias de la competición, el condicionante de la pretemporada y el peaje que ya se ha creado en forma de lesión sobre jugadores que deben ser tan determinantes como Rubén Alcaraz y Joaquín Fernández.
Las lesiones del ’14’ y del ’24’ son condicionantes grandes para la temporada y han llegado con sólo 180 minutos de competición. Sabiendo, como el propio Sergio aseguró tras la derrota (2-0) ante el Real Betis, que «estamos utilizando estos partidos para seguir con la puesta a punto» y en «transición» porque «estamos al límite por la temporalidad con la que estamos jugado», la plantilla pide más. La realidad ha superado a las ideas de Sergio en apenas un par de semanas. Con dos partidos sin un ritmo excesivo de juego, los blanquivioleta han visto cómo se ha aumentado su enfermería y cómo se han reducido sus posibilidades.
La realidad siempre gana
Así, con sus declaraciones, Sergio sabe que necesita una plantilla mayor de 22 jugadores pero lo niega por las dificultades y la buena mano que una plantilla grande genera. No es cuestión de incorporar por cerrar fichas y acumular posibilidades, pero sí por adecuarse a la realidad del nuevo fútbol. En esta versión en la que los jugadores pueden caerse de dos o tres convocatorias por positivos en coronavirus, como es el caso de Jordi Masip, y sufrir lesiones musculares con cierta asiduidad por el cansancio que se pueda acumular, la comodidad que quiere Sergio para la gestión del vestuario y del día a día es imposible.
Con todo, el entrenador del Real Valladolid realiza un doble discurso sobre las peticiones y las necesidades del equipo blanquivioleta. Si bien su petición es de una plantilla de 22 jugadores, la realidad le lleva a asegurar, quizás inconscientemente, que las exigencias del día a día del equipo van a pedirle de su mejor versión, aquélla que podrá obtener con variantes, respuestas y posibilidades. Ante tanto requisito, no existen comodidades para el entrenador ni para realizar las convocatorias. Sergio lo sabe y tendrá, más pronto que tarde, que olvidarse de su idea y centrarse en la realidad.