La derrota (2-0) ante el Real Betis fue dura para el Real Valladolid. Los de Sergio González dejaron 45 minutos muy pobres pero tras ellos pudieron crear un cambio de tendencia y una variación que lleve al equipo a los registros que tanto necesita. El triple cambio realizado en el tiempo de descanso y que hizo que Kike Pérez, Shon Weissman y Pablo Hervías entraran al terreno de juego puede ser muy significativo de lo que necesita el equipo blanquivioleta. Sin negar la importancia del delantero israelí, ese cambio y ese posible giro esté liderado por Kike Pérez.
Nuevamente, el ‘8’ blanquivioleta destacó sobre el resto. Fue el líder del equipo en la segunda parte. Pese a que en ella los vallisoletanos tampoco destacaron de gran manera ni fueron superiores al Real Betis, sí que se vio un equipo más conjuntado, más capaz y más preparado. A nivel personal, creo que fue por el centrocampista toledano. No sé exactamente qué potencial tiene el joven jugador pero sí que entiendo que éste es su momento y que el equipo, actualmente, necesita de su juego.
Con él, el Real Valladolid tiene una velocidad más. La combinación es más rápida, las triangulaciones más profunda, la superación de líneas rivales más real y la verticalidad más significativa. Con Kike Pérez, el Pucela es más llegador. Construye más y más rápido. No tengo dudas de que es el momento del ‘8’ aunque sí que tengo dudas sobre desde qué punto se le puede y se le debe exigir.
El ex del Promesas está pidiendo una fase de titularidades para demostrar desde el inicio de qué es capaz. No debe saltar al terreno de juego con el partido condicionado y con la ‘facilidad’, por ejemplo, que tuvo en el Estadio Benito Villamarín. Sacar excesivas conclusiones de su partido en Sevilla sería erróneo porque Kike, como todos, sólo podía mejorar lo visto en los primeros 45 minutos.
Un profundo análisis
Pese a ello, creo que ha llegado su momento. Tengo claro qué se debe apostar por él pero dudo sobre cómo debe ser la apuesta. ¿Debe liderar Kike Pérez el juego del equipo? ¿Se debe sumar sobre él la responsabilidad creativa del equipo? ¿Puede lastrarle en exceso la ausencia de Rubén Alcaraz en caso de ser titular? ¿Puede ser un error sumarle responsabilidad en una semana con duelo ante el Real Madrid? Pese a la rotunda idea de que el ‘8’ debe crecer en su relevancia en el equipo, los matices y los contextos me hacen preguntarme qué camino elegir para él.
¿Su evolución debe ser progresiva? ¿Se debe ir semana a semana con él? ¿Está recuperado al 100% de su lesión? ¿Debe ser titular por méritos propios y no por deméritos del rival? ¿La apuesta debe ser ciega? Sea de una forma u otra, lo que Kike Pérez necesitará cuando llegue a la titularidad del Real Valladolid es una exigencia en el análisis.
Creyendo, como el 95% del entorno, que debía estar en la actual plantilla blanquivioleta, la lectura de la apuesta puede ser un error para el jugador. Su potencial es innegable pero la objetividad sobre él, no. Siendo yo el primero al que le podría faltar objetividad para juzgar al futbolista por entender que tiene todo lo que necesita el equipo, la situación de Kike Pérez necesita un análisis profundo para confirmar esa apuesta fija que se merece. El mal momento de Míchel Herrero no debe ser el sustento para que el toledano pase a liderar al Real Valladolid. La cuestión es saber si está preparado, desde dónde hacerlo y con qué contextos.