La primera parte del Real Valladolid en el Estadio Benito Villamarín este domingo fue muy pobre. El inicio verdiblanco y la poca capacidad de respuesta de los pucelanos dejó contra las cuerdas al equipo pero, de paso, a tres jugadores. Sergio González en el intermedio estaba en esa situación que define a los entrenadores de tener la intención de sustituir a todos los jugadores. Nadie se salvaba de la quema pero el catalán decidió sustituir a Míchel Herrero, Óscar Plano y Waldo Rubio. Por ese orden son jugadores señalados en la actualidad del Real Valladolid.
Su salida y la entrada de Kike Pérez, Pablo Hervías y Shon Weissman fue elocuente de la pequeña evolución que tuvo el equipo pero, también, del cambio que se está viviendo en el vestuario del Real Valladolid. No seré yo el que diga que Míchel Herrero no deba estar en la plantilla blanquivioleta, pero sí uno de los que cree que debe tener un papel secundario. Como él, Waldo Rubio. El ’23’ tiene un juego muy concreto y en contextos defensivos y replegados, Waldo sufre. Tanto el valenciano como el pacense pueden sumar pero siempre desde un rol secundario y, muy posiblemente, de segundas partes.
Óscar Plano, realmente, debe ser importante. Su juego así lo pide. Tiene que ser determinante en el equipo pero no al nivel que tiene. Pese a que Sergio González haya mostrado en varias ocasiones que es un jugador al que recuperar desde la confianza, su nivel en este inicio de la temporada y en fases importantes de la pasada confirma que el ’10’ no está y que necesita salir del once titular. Por él y por el equipo.
Mucho más que una sustitución
El Real Valladolid actualmente pide jugadores diferentes a los que están en el once. Los necesita y los tiene por lo que no hay excusa. Los blanquivioleta tienen activos para despertar y potenciar el fútbol que necesitan, como se vio en ese significativo cambio en el descanso. Sustituir a un jugador tras 45 minutos demuestra mucho y Sergio tuvo que hacer tres, un movimiento que señala al mal partido del equipo, sí, pero también, a los jugadores en cuestión.
Míchel, Waldo y Plano quedaron retratados y no por el acierto de sus compañeros. Pese a que en la segunda parte Shon Weissman consiguiera presencia en el área rival, Pablo Hervías fuera incisivo en el costado diestro y Kike Pérez fuera el mejor blanquivioleta del duelo, los sustituidos están mal por ellos mismos. Pese a que estos suplentes no firmaran actuaciones soberbias, la aportación de esta triple sustitución ejemplifica el cambio de guión que debe dar el Real Valladolid y que Sergio no puede esconder.
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