El Real Valladolid quiere firmar para esta temporada 2020/2021 una evolución positiva en su juego. Los de Sergio González quieren vivir más en campo contrario, quiere generar más ocasiones de gol, buscan ganar más partidos en casa, quieren ser más protagonistas, buscan presionar y no defender… En definitiva, los blanquivioleta ansían con dar una zancada que, como todo, tendrá unas fases de evolución y crecimiento. Actualmente, con sólo 90 minutos de competición y, posiblemente, otros 90 de precompetición, el equipo está en un primer momento de ese cambio. Aún queda mucho para saber hasta dónde puede llegar el equipo pero, por el momento, hay ciertas bases creadas.
El empate (1-1) ante la Real Sociedad demostró cuál debe ser el camino blanquivioleta y cómo debe gestarse este cambio. Ya no sólo por la actualidad de la plantilla, con Marcos André lesionado, Sergio González sabe que la variante de un enganche es el núcleo sobre el que crecer. Leyendo bien el juego entre líneas, el Real Valladolid crecerá, generará una media mayor de ocasiones de gol, adelantará sus líneas y vivirá más tiempo en campo rival.
Así lo creo y así se demostró en ese estreno liguero ante el equipo vasco. Creyendo que el Real Valladolid ha tenido problemas para la construcción, mi visión me dice que éste no es un problema que se cura sólo con la llegada de un centrocampista ‘ofensivo’. El Real Valladolid necesita un equipo de muchas líneas de creación que genera facilidad para la triangulación. Un esquema muy líneal de juego genera un estilo simple y previsible. En ataque, el Real Valladolid es, de base, muy previsible. El enganche, ya sea como mediapunta o como segunda delantero, puede ayudar a que el Pucela se arranque tal etiqueta.
Con Fabián Orellana como futbolista capaz de liderar ese cambio pero, también, con perfiles como Óscar Plano o Toni Villa, el Real Valladolid tiene las herramientas necesarias para generar esa evolución que busca. La primera fase es la más complicada y, para ella, Sergio debe entender qué necesita y muchas de esas demandas llegan con un jugador entre líneas como el mostrado en Braga y en los mejores minutos del estreno liguero. Este equipo tiene ciertos encorsetamientos ofensivos. Le cuesta ser atrevido y tiene que generar unos automatismos que, actualmente, van siempre hacia el juego directo.
Fases de crecimiento
Con un enganche, el Real Valladolid, inicialmente, ganaría creatividad, que no es poco. Por norma general, el jugador entre líneas es un futbolistas descarado y con personalidad, lo que necesita el equipo ahora. Desde él se podrían ganar muchos metros. Siendo ese tercer hombre para la construcción, las superioridades exteriores llegarían, las triangulaciones destacarían y el equipo, por ejemplo, tendría una referencia interior que liberaría al equipo para la llegada de los laterales. Pueden parecer suposiciones pero son detalles reales que se han visto en los dos últimos partidos y que se deben ampliar durante esta primera fase de la evolución blanquivioleta.
El Real Valladolid quiere crecer y, en parte, necesita hacerlo. Para ello ya tiene marcados cuáles son los pasos que debe realizar y desde dónde realizarlos. Con atrevimiento, descaro y talento se gana claridad y es todo lo que Sergio González podría facilitar incrustando a un jugador entre líneas. Siendo más fuertes en la construcción y creciendo en las segundas jugadas, los blanquivioleta serán menos previsibles, vivirán más en campo contrario y tendrá mayor opción de ganar. Todo ello en la primera fase del crecimiento desde la competición que confirmó Sergio que tendría el Pucela esta temporada y que puede marcar un pequeño cambio de piezas en el esquema.