El empate (1-1) ante la Real Sociedad con el que el Real Valladolid inauguró la temporada dejó muchas sensaciones. La variante de juego mostrada en el inicio fue interesante y dejó grandes ilusiones por la propuesta. Tristemente, al error de Jordi Masip se le sumó la mala lectura que hizo Sergio González con los cambios. Realizando las permutas que cualquier aficionado hubiera firmado, el Real Valladolid perdió el control del partido y el entrenador no ofreció las herramientas para que lo pudiera recuperar. Con todo, la última media hora de juego no fue visitante pero tampoco blanquivioleta. La reacción tras el error de Jordi Masip no fue buena y Sergio cambió, nueve minutos después, a Óscar Plano, el futbolista menos acertado del Real Valladolid en la primera parte.
Sabiendo que los locales fueron superiores a los vascos en los primeros 45 minutos y casi en el inicio de la segunda parte, en ese tiempo se vio a un débil Óscar Plano. La noticia no está en que el ’10’ no estuvo bien sino en que su mal momento y su intrascendencia en determinados aspectos del juego sigue siendo la misma de la temporada pasada. Con todo, la preocupación ya es alta. Sabiendo lo que significa el madrileño, la cuestión es clara: ¿Qué necesita para volver a ser diferencial en el Real Valladolid?
Óscar Plano es un jugador vital para los esquemas de Sergio González pero da la sensación que hace meses dejo de ser insustituible. Mi primera sensación es que se trata de un gran jugador. Su temporada 2017/2018 fue de grandes quilates pero, después, nunca ha conseguido cumplir esas expectativas. ¿Por qué? Muy posiblemente por la posición. La importancia que Sergio Gonzalez le ha dado al esquema en la dos temporadas completas en LaLiga Santander es alta y es casi más importante que el perfil de los jugadores e, incluso, de los insustituibles.
No creo que Plano sea un jugador que cumple las condiciones de extremo, sea en un perfil o en otro. Ni en la izquierda ni en la derecha puede mostrar sus mejores cualidades y sí que se le exige muchas de las que no tiene. El ’10’, capaz de liderar el juego desde una posición intermedia, destaca atacando el juego entre líneas. Quizás por ello él se sienta más cómodo en la banda derecha ya que tiene más facilidad para el juego interior y menos necesidad de buscar la velocidad para superar líneas rivales.
Muchas más preguntas
Siendo un jugador de capacidad asociativa y no de verticalidad, Óscar Plano está enclaustrado en el esquema de Sergio González. Está encerrado, sí, pero desde la titularidad. Parece una incongruencia pero es una sensación que está llevando al jugador a un estancamiento importante. Puede que sume buenos partidos, que, incluso, aporte destellos de calidad pero siempre lo hará desde la sensación de que nada lleva a verle en su mejor contexto.
Por ello, ante la necesidad de querer recuperar la mejor versión de Óscar Plano, la pregunta no es sólo qué debe hacer el jugador para volver a ese nivel sino, también, si es posible. Se trata de una cuestión compleja porque no es una pregunta para él o para su juego, es una batería de interrogantes que formular a Sergio González. ¿Le ve capacitado para liderar el juego ofensivo del equipo? ¿Se atreve a darle el peso y la responsabilidad de la demarcación de enganche? ¿Quiere potenciar los mejores contextos para que vuelva a ser el jugador que fue? ¿Lo ve sólo como un jugador de destalles y detalles y al que le falta regularidad? ¿Le achaca falta de liderazgo? Desde todas estas preguntas se podrá responder la cuestión principal sobre el ’10’ del Real Valladolid e imaginar si Plano puede volver a ser el jugador decisivo que lleva tiempo sin serlo.