Tengo muy claro que el Real Valladolid no necesita fichar un cuarto delantero. Es cierto que perfiles como Ante Budimir son interesantes pero analizando, también, que ese papel ya puede ser cubierto en la plantilla por un jugador como Sekou Gassama, la inversión en un nuevo ‘9’ no es relevante actualmente. Pese a que tengo claro, por sus palabras en la última rueda de prensa, que Sergio González sí quiere esta temporada un cuarto delantero, mi opinión es que los tres activos que ya tiene el Real Valladolid en la plantilla son futbolistas que necesitan competición y no más competitividad.
Ésta era una idea que describí en el artículo sobre el tema pero que, por una conversación en Twitter con Chencho Alonso (@chenchoal) quiero ampliar. En dichas líneas de este jueves aseguraba que «el equipo necesita otorgar cierta confianza a jugadores concretos» y el enfoque iba hacia los tres delanteros ya presentes: Shon Weissman, Marcos André y Sergi Guardiola. «Ante el salto que supone llegar al Estadio José Zorrilla para el israelí, la exigencia propia que va a tener el brasileño en su debut en LaLiga Santander y la necesidad de peso y relevancia que ha demostrado siempre el ‘7’ para mostrar su mejor versión, los frentes pucelanos no deben estar en la delantera». Con ello creo firmemente que el Real Valladolid no debe aumentar la competitividad porque esto no sería más que restar minutos de crecimiento y asentamiento para inversiones importantes realizadas por el Club.
Inversión económica y de talento
Juntar a tres delanteros tan diferentes futbolísticamente como estos y tenerlos, además, por debajo de los 30 años es un lujo que el Real Valladolid debe potenciar y no condicionar. Esos tres delanteros mencionados necesitan jugar, tener confianza y poder aguantar en la titularidad en momentos débiles de rendimiento. Por el perfil de alguno y los condicionantes y contextos de otros, la necesidad que arrojan actualmente es la de minutos de competición y evolución y no tanto el incremento de la exigencia diaria.
Obviamente deben estar dentro de la voracidad competitiva del día a día pero sin puntos excesivos. No creo que sea necesario porque el Real Valladolid confía en ellos, como ha demostrado con sus contratos. Con vinculaciones de larga duración con los tres delanteros, el Pucela debe estar más centrado que nunca en valorar su producto y en dar tiempo a sus apuestas. Se ha invertido mucho en estos jugadores y los tres necesitan el poso de la competición para crecer y liderar al Club en campo rival, la gran necesidad para esta campaña.
Alejados de la exigencia de un rendimiento inmediato que, honestamente, pueden ofrecer en contextos muy concretos, el Real Valladolid debe cuidar a sus activos. Las cesiones para resultados concretos y con análisis a corto plazo se han terminado. Siempre se habló de invertir y, ahora, el Club lo ha hecho en dinero y en talento. Se trata de una exigencia para el día a día de los delanteros pero, también, para el entorno, que debe entender cómo enfocar sus análisis. El tiempo valorará a cada jugador pero, ahora, el análisis se centra en la innegable inversión que se ha hecho sobre ellos, aquélla que no pide más competitividad sino el inicio de LaLiga Santander y la competición de los tres.