Sigo pensando que el empate (2-2) del Real Valladolid ante el Sporting de Braga dice mucho de lo que vamos a ver esta temporada en el Estadio José Zorrilla. Inicialmente, en lo que a nombres de protagonistas se refiere y, posteriormente, al estilo del equipo. Los de Sergio González van a tener un modelo más atrevido, directo y abierto. Van a mostrar una propuesta en el que Fabián Orellana sea protagonista y en el que Joaquín Fernández y Javi Sanchez, como se esperaba, tendrán mucho que decir.
En el análisis de ese último encuentro de pretemporada hablé de que un papel protagonista del almeriense y el madrileño cambia mucho al Real Valladolid. En la forma y en las sensaciones. La imagen que se va a mostrar del estilo blanquivioleta va a ser de menos seguridad que la de temporadas pasadas, pero estoy convencido que va a ser sólo eso: una cuestión de imagen. Sergio González va a volver a proponer un estilo consistente y fiable pero con herramientas diferentes. Asumiendo el reto al que se enfrenta el técnico catalán, los vallisoletanos no van a vivir tan cerca de su área y no lo van a estar porque la pareja de centrales así lo dice.
En Braga el equipo concedió ocasiones y regaló cierta sensación de peligro pero de una forma controlada. Tiene cierto aroma a lógico porque son detalles esperados por el estilo de los dos jugadores. Con el equipo más abierto, el Pucela genera más pero, también, concede algo más. Eso sí, la respuesta ante esas concesiones es inmediata. Luis César Sampedro confirmó que Kiko Olivas no puede jugar en campo abierto, algo que Joaquín Fernández y Javi Sánchez piden para poder exponer su mejor versión.
Señalando a ambos como los sustitutos a la sensible baja del ‘4’ y el cambio de orientación que ésta genera, toca entender qué van a proponer juntos. Sus cualidades físicas y la respuesta a la pérdida son factores que se esperan en ambos jugadores y que en Braga demostraron. Aún en fase de evolución, el Real Valladolid confirmó en Portugal que su pareja de centrales es novedosa, que no nueva, y que va a exigir una lectura sosegada pero, también, ambiciosa.
Tiempo al tiempo
Es un cambio importante y una variación que requiere de tiempo, tal y como Sergio González anunció tras el primer encuentro de pretemporada. Con un estilo diferente al visto con el entrenador catalán, Joaquín y Javi Sánchez harán del juego del Real Valladolid el mejor contexto para su rendimiento. Entendiéndolo y sabiendo que la exigencia ya no estará tanto en la seguridad controlada como en la respuesta a la pérdida, el futuro blanquivioleta será exitoso con la paciencia y la tranquilidad que requiere un cambio de esta magnitud.
Con los 90 minutos de Braga y sumándole los 45 del primer encuentro de pretemporada ante el Málaga CF, ambos suman sólo 212 minutos juntos. Los 77 minutos iniciales de la victoria (1-0) ante el Deportivo Alavés de la pasada campaña son el único bagaje competitivo de dos jugadores que demuestran esa necesidad que tiene el Real Valladolid de vivir en campo rival. Asentado ya en LaLiga Santander, dejando atrás el condicionante de la experiencia, y pudiendo invertir como lo está haciendo este verano el equipo, el Real Valladolid debe mirar más a campo rival y lo puede hacer desde esta novedosa y potente pareja de centrales.