25 partidos disputados, nueve titularidades, un partido completo y sólo 1.015 minutos a nivel liguero. Los datos de Pablo Hervías en la temporada 2019/2020 no son buenos, pero sí son positivos si atendemos al reinició de la competición. Tras el parón por el coronavirus, el extremo riojano sumó cinco de esas titularidades y el 51.9% de los minutos disputados. Después del parón se vio una versión más real de lo que puede ser el ’11’ y un estilo mucho más competitivo. El motivo, muy sencillo: superar e la grave lesión que tuvo en el mes de marzo de 2019.
La recuperación de la grave lesión de rodilla del atacante condicionó la temporada 2019/2020. Sin duda, la rehabilitación fue dura, larga y condicionó al jugador en la primera fase del campeonato. En la segunda, aquélla que comenzó el 13 de junio, Pablo Hervías se mostró como un jugador de fuerza, presión, intención y convencimiento. Pese a no tener influencia determinante ya que no sumó ni goles ni asistencias, esa segunda fase del jugador fue otra y ofreció la posibilidad de conocer la cuarta versión del jugador en Valladolid.
Si bien siempre se le va a reconocer como aquel jugador que rindió de forma brillante en el play off de 2018, el regreso al Estadio José Zorrilla ofreció una imagen de un jugador falto de rimo y confianza. En el estilo protagonista e individualista del ’11’, los primeros partidos tras su regreso en enero de 2019 dejaban una expectativa pero no una realidad. Llegada la lesión tocaba empezar de cero y Pablo Hervías lo hizo con tranquilidad y cumpliendo los plazos. Pese a demandar más protagonismo y minutos, el tiempo ha corrido en favor de un futbolista que se ha reencontrado con su juego y ambición tras el confinamiento.
Un reseteo completo
Ese cuarto estilo del jugador, tras el de su primera temporada, el de su regreso y el primero tras su lesión, le valió para ser importante para Sergio González. El riojano participó en los 11 encuentros tras el confinamiento y consiguió sumar partidos y actuaciones que se definen como el preludio de su gran vuelta. Superada y, ante todo, olvidada y enterrada la lesión, la segunda fase de la temporada sirvió para certificar la salvación pero, también, para hacer que Pablo Hervías remara hacia su mejor versión. Ahora, ya en la pretemporada 2020, el Real Valladolid se frota las manos al ver cómo está el jugador. Sin necesidad de empezar de cero y con el reseteo individual ya completado, el extremo debe sumar su porción para la evolución del equipo.
Queriendo ver un Real Valladolid más protagonista en campo contrario, Pablo Hervías destacará mucho más. Sumará goles, aportará asistencias y liderará el juego exterior del equipo en el costado diestro. Beneficiado por ese pequeña evolución que puede vivir el equipo, el riojano volverá a confirmar lo importante que puede llegar a ser en un equipo en el que, a falta de ese jugador necesario para el equipo para el costado zurdo, es el único extremo con capacidad para abrir el juego y encarar rivales para buscar el área. Así, la ventaja para terminar de recuperar a ese Pablo Hervías de la temporada 2017/2018 existe y se debe aprovechar.