Los análisis sobre la temporada 2019/2020 en el Real Valladolid se han centrado en saber si lo firmado por el equipo de Sergio González es un éxito o no. Casi no se ha querido analizar el cómo se ha conseguido el objetivo final y, mucho menos, se ha hablado del fútbol y los condicionantes en esas largas 38 jornadas. En este sentido y hablando del modelo de juego, Víctor Jimeno firmó en estas líneas una opinión que va dentro del camino que requiere la situación y que marcan fichajes como el de Fabián Orellana, primero, y Luis Pérez, después.
Sin necesidad de cambiar al 100% el modelo de juego de Sergio González, éste sí que necesitan pequeños detalles y evoluciones, aquéllos que marcan el atacante chileno y el defensa andaluz. En el caso del ex de la Sociedad Deportiva Éibar, su llegada al Estadio José Zorrilla supone un plus de verticalidad y personalidad en el equipo. Con él se mejorarán detalles del estilo de juego blanquivioleta. De la misma forma pasará con Luis Pérez. El ex del Club Deportivo Tenerife sumará conceptos novedosos para el Real Valladolid que harán que Sergio pueda dar más y mejores posibilidades a sus planteamientos.
En esa evolución que Sergio González quiere hacer desde la línea defensiva y en la que tan importante es Kiko Olivas, jugadores del perfil de Joaquín Fernández o Javi Sánchez pueden dar un plus importante para matizar y ampliar el estilo blanquivioleta. Pese a que el entrenador quiera ser más ‘ambicioso’, hay detalles que no va a perder. El poco espacio entre líneas, la presión tras perdida, el repliegue intenso… Estos son condicionantes que Sergio González quiere en su equipo. El Real Valladolid buscará seguir ejecutando muchas de sus ideas igual, pero en diferentes zonas. Obligado por el fútbol moderno, el equipo blanquivioleta debe dominar mejor las transiciones y, ahí, Luis Pérez suma detalles para dicha evolución que son muy positivos.
Sin considerarle del perfil de Javi Moyano ni, tampoco, del de Antoñito Regal, el estilo del utrerano es parecido al de Pedro Porro pero contando con detalles importantes. Las fases de crecimiento del nuevo lateral del Real Valladolid han sido más ordenadas y equilibradas que las del de Don Benito. El salto tan fuerte que hizo el ex del Girona FC le llevó a colocar unas expectativas que no supo mantener en el Estadio José Zorrilla, entre otros aspectos, por la indefinición de muchos detalles de su juego.
Un jugador hecho
Ese perfil de dudas no existe mucho en Luis Pérez, pese a generar, como todos, ciertas incógnitas. El nuevo blanquivioleta se ha definido en todas sus vertientes en las cuatro temporadas en LaLiga SmartBank y en los 121 partidos de plata. Es cierto que tiene carencias en facetas defensivas y a su espalda, pero el futbolista está hexho. Sabe qué tiene, qué puede ofrecer y en qué puede mejorar. Por todo ello, su llegada al Real Valladolid es un paso más para ambos. Tanto jugador como Club aciertan, sobre el papel, en esta unión porque los dos parecen necesitarse para dar un plus y hacerlo desde un margen de mejora conjunto.
El Real Valladolid necesita ser más fuerte en área rival y para ello debe tener buenos centradores que fijen a los delanteros en el área. De la misma forma, Sergio González debe ofrecer más herramientas a sus jugadores para las transiciones. Saber decidir y tener decisión en pocos segundos es capital para la evolución y mejora en detalles que debe y va a hacer el cuerpo técnico de cara a la próxima temporada, aquélla que no debe revolucionar la propuesta pucelana pero que, obviamente, tiene que llevar a ver un Real Valladolid más atrevido. En esa oferta y demanda, Club y jugador han acertado de cara a la próxima campaña.
La excusa de la inexperiencia en la categoría ya no estará en la base fuerte del equipo, el contexto económico ya no será tan elevado… La tercera temporada del Real Valladolid en laLiga Santander debe invitar a ver a un equipo más protagonista y completo y para ello se recurre a jugadores como Fabián Orellana y Luis Pérez. Ambos y, sobre todo el defensa, son del estilo que propone Sergio González pero con matices importantes de juego sobre los que sustentar la evolución y mejora del estilo, pero no el cambio. De momento.