La noticia fue sorprendente. Que el Real Valladolid fichase a un Javi Sánchez que había tenido en su plantilla y que no había utilizado en toda la temporada era llamativo. Se tornaba, incluso, en insólito al saber que el Club pagaba una importante cantidad de dinero por su traspaso y que no era una oportunidad de mercado sino una apuesta convencida. Era arriesgado pero lógico, entendiendo quién era el jugador, qué perfil tenía y qué podía dar y aportar al Pucela a medio y largo plazo. Sin dejar nada a la fortuna, el Real Valladolid arriesgaba por el jugador antes del reinicio de la competición, el que ha llevado a Javi Sánchez a un rendimiento excelente.
En apenas dos partidos, el canterano del Real Madrid ha confirmado qué tipo de jugador es y todo lo que puede sumar en este equipo. Con un perfil muy diferente a Kiko Olivas o Mohammed Salisu, el ‘5’ puede dotar al Real Valladolid de muchas cualidades para su juego y a Sergio, de variantes para su idea. Tratándose de un central moderno, muy dotado para las transiciones y el juego directo, en ambas situaciones, la gestión que el Pucela ha hecho de esta situación resulta brillante. El fichaje, la potenciación de estas semanas y la confirmación de su presencia en la próxima temporada son detalles tan determinantes como bien gestionados.
Una unión necesaria para ambos
Javi Sánchez es el perfil de jugador que necesita el Club para dar un paso más. Se debe crecer en el qué y en el cómo y el ‘5’ está capacitado para todo. Apostar por él para sustituir a Mohammed Salisu no es, ni mucho menos, un salto al vacío. Se trata de una evolución consecuente, equilibrada y sensata que hará crecer al equipo desde el perfil de un jugador válido para opciones muy diferentes de las que ofrece Salisu o de las que propuso Fernando Calero.
Con todo, el salto de calidad que se presuponía en el Real Valladolid tras la apuesta por Javi Sánchez parece haberse confirmado tras sus dos primeras titularidades en LaLiga Santander. Son sólo 180 minutos, tiempo insuficiente para saber hasta dónde puede llegar el jugador pero, de la misma forma, se trata de una fase en la que el Real Valladolid ha confirmado que su apuesta es buena. Lo es porque el propio jugador ha confirmado qué juego tiene y cuánta necesidad de ese fútbol tiene el Club. A ello se suma, también, la personalidad y el liderazgo que posee el joven jugador y que son detalles necesarios para asentarse en la élite hasta 2024, tiempo para el que se ha comprometido con el Pucela.