La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

En frío

La debilidad de José Antonio Caro arrinconó al Pucela

Objetiva y futbolísticamente, el duelo del Real Valladolid en el Wanda Metropolitano está marcado por la actuación de José Antonio Caro pero, tristemente, ya lo estaba antes del momento en el que Vitolo marcó el gol de la victoria rojiblanca. No creo que haya que edulcorar o minimizar lo sucedido: el portero fue determinante. Hablar de un mal rendimiento no es desprestigiar a un futbolista pero sí marcar la realidad existente. Como afirmé en la crónica de ElDesmarque Valladolid, «suena duro y, quizás, excesivo culpar a un jugador de un partido pero la élite del fútbol es así y Caro ha resultado determinante para que un digno Pucela se fuese disminuyendo en su planteamiento«. Creo firmemente en la relevancia del jugador en la derrota pero, también, en el declive del juego pucelano en la segunda parte.

Con las amplias rotaciones realizadas por Sergio González para el partido, la visita al Wanda Metropolitano ya iba a ser recordado por algo y era por ese aroma copero que dejaba el planteamiento vallisoletano. Con nueve cambios sobre el último partido y con variación de sistema, incluido, el Real Valladolid no salió dudoso. Pese a carecer de cualquier automatismo entre los jugadores y con el sistema, los blanquivioleta tutearon en el inicio a los rojiblancos. Tuvieron descaro, fuerza y atrevimiento en los primeros 45 minutos pero, poco a poco, fueron perdiendo fuerza y convicción, pese a que los cambios del descanso sumaron en los objetivos que debía tener el Pucela.

Inseguridad
Con todo, y sin ser un encuentro brillante de los pucelanos, la dignidad mostrada por el Real Valladolid se fue disminuyendo al ritmo que José Antonio Caro mostraba debilidad. Su peso en el partido no está sólo en el gol recibido y en sus problemas en el juego aéreo sino en gestos y detalles que hicieron que el Atlético de Madrid pudiese adelantar las líneas y al Pucela le costase espantar el crecimiento rival. Desde la inseguridad del área, el Pucela fue aumentado todos sus problemas al ver, por ejemplo, como Antoñito Regal o Kiko Olivas perdían confianza en su compañero.

De cara y con una pase claro, lateral derecho y central no quisieron, antes del gol de Vitolo, ceder el balón al portero. Palpaban la poca confianza que José Antonio Caro estaba tendiendo en el partido y decidieron arriesgar en la salida de balón antes de ceder al ’13’ para poder realizar un golpeo que llevase, muy posiblemente, al Real Valladolid al campo rival. En ese momento, al equipo le costó entender qué es lo que más le convenía y terminó arrinconándose tras una primera parte elogiable y un partido global muy digno pero en el que la inseguridad de Caro debilitó a un Pucela novedoso, ciertamente atrevido y con un importante debate en las rotaciones y en el objetivo de estas.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte