Por mucho que se edulcore una realidad, ésta siempre termina saliendo. El Real Valladolid, desde su ascenso a Primera división, ha tenido problemas en la creación de ocasiones. Enes Ünal y Duje Cop fueron muy criticados por la falta de gol que tenían cuando, en realidad, era un problema de fuerza en el ataque. Éste ha sido un lastre que ha tenido el equipo de Sergio González desde la temporada pasada y que este viernes no ha negado el entrenador blanquivioleta, aunque lo ha querido resumir al reinicio de la competición.
Sergio, nuevamente, ha querido minimizar las críticas al juego ofensivo y a los delanteros pucelanos pero, obviamente, no ha podido negar algo que es evidente y es que el Real Valladolid es muy débil en facetas ofensivas. Ante el Celta de Vigo, por ejemplo, el equipo no generó nada. Ante el Club Deportivo Leganés consiguió más, sí, pero tampoco mucho. En ambos partidos han quedado muy claras las carencias del equipo en faceta de ataque, algo que Sergio no ha podido negar en la previa a la visita al Wanda Metropolitano. Pese a que la importancia de la previa esté en la confirmación de las rotaciones, las palabras de Sergio sobre las carencias y exigencias ofensivas no se quedan atrás.
Por el bien del grupo
Destacando que el equipo ha obtenido, para el propio entrenador, «un notable alto» a «nivel estructural y defensivo», Sergio no ha escondido que el equipo debe mejorar las «prestaciones» en ataque. Asegurando trabajo e «insistencia» para crecer en un nivel de juego que, por ejemplo, Sergi Guardiola no tiene actualmente, el Real Valladolid se presentará en el Wanda Metropolitano con ciertas rotaciones. La necesidad de diversificar minutos, proteger al grupo y alimentar la motivación puede ofrecer el éxito de ver un mejor Real Valladolid.
Esa necesidad de rotaciones ofrece una oportunidad para diferentes jugadores que han vivido los dos últimos partidos en un plano secundario. Pablo Hervías, Waldo Rubio, Hatem Ben Arfa, Miguel de la Fuente… Estos cuatro son algunos de los nombres que pueden llevar a que el Real Valladolid mejore en situaciones de ataque y con balón. Para la mejora ofensiva, el Pucela debe tener cierto atrevimiento que, por ejemplo, ofrecen jugadores del nivel del francés y de las ganas y descaro que se presupone al canterano.
Tener activados a todos los perfiles ofensivos resulta capital para eliminar esa pobre sensación ofensiva que deja el Real Valladolid en los últimos partidos. Las rotaciones que ofrecerá el Pucela en el Wanda parecen estar señaladas por el «grupo» y no por «el colchón» con el descenso pero, a su vez, dan la posibilidad de que ciertos jugadores, resignados a un rol muy secundario, aprovechen la oportunidad como ha hecho en estos dos últimos partidos Joaquín Fernández. El almeriense es el mejor ejemplo del potencial escondido que tiene el Real Valladolid, un equipo con muchas variantes ofensivas y con la posibilidad de salir en el Wanda con un ataque totalmente diferente al del último duelo y ofrecer garantías de mejorar el rendimiento de los últimos 180 minutos.
Formar, quién sabe, con Pablo Hervías y Waldo Rubio en los costados, Hatem Ben Arfa de segundo punta y Miguel de la Fuente de referencia es un frente novedoso que podría mejorar mucho lo ofrecido en los últimos duelos y que, a su vez, aumentaría las prestaciones en las que Sergio quiere crecer, como ha asegurado en la previa al duelo. Para mejorar con el balón, en la construcción, en ataque y en atrevimiento, estos cuatro jugadores pueden llevar al Pucela a una versión mejorada y a la confirmación de un potencial renegado y menospreciado. En la oportunidad de «salvar» al grupo, las rotaciones, bien entendidas, le harán crecer.