Este martes, en la rueda de prensa previa al duelo ante el Celta de Vigo en el Estadio José Zorrilla, Sergio González dijo lo esperado y lo que tiene que decir. «Vamos a echar de menos al público», aseguró sobre el hecho de vivir los partidos a puerta cerrada. Esta novedad es determinante en el reinicio de la competición pero, a su vez, puede llegar a ofrecer una cierta comodidad al Real Valladolid y al entrenador blanquivioleta. La exigencia de juego como local no siempre sientan bien al equipo blanquivioleta y al entrenador catalán. Así, este condicionante abre una nueva ventana.
A nivel ambiental y a nivel social, el matiz sobre el hecho de jugar a puerta cerrada es negativo para los intereses pucelanos. En el contexto futbolístico, quizás, no. En un deporte en el que el local siempre parece estar exigido a llevar el peso del partido y el dominio del balón, Sergio no siempre se mueve cómodo. El entrenador blanquivioleta prefiere un perfil bajo, de poca exigencia y de contragolpes. Sin ser siempre el método usado, lo vivido en la victoria (1-2) en el Estadio de Butarque es el estilo en el que Sergio se siente más cómodo y el que, en circunstancias normales, no suele realizar como local.
Un mismo Pucela
En duelos en el Estadio José Zorrilla, Sergio ha realizado propuestas más ‘populistas’ e, incluso, cambios para la grada. Que Hatem Ben Arfa sólo haya jugado como local puede ser un claro ejemplo de los matices que Sergio da al equipo en Zorrilla y en los que no siempre cree. Por ello, y ante un Estadio José Zorrilla sin carga ni exigencia ambiental, el Real Valladolid puede mostrar menos diferencia entre su versión de local y de visitante y ser más ese equipo que le gusta a Sergio y en el que él se siente cómodo.
En muchos momentos, Sergio ha abierto al Real Valladolid y ha estirado sus líneas. Lo ha hecho siempre en partidos como local y en muy pocas ocasiones él ha tenido buenas respuestas. Con metros a la espalda y posibilidades de defender lejos el área, el Real Valladolid se ha visto débil y, por ello, ha cedido el balón al rival, sintiéndose con ello más cómodo fuera de casa que en el Estadio José Zorrilla, donde desde el ascenso ha conseguido menos victorias que como visitante.