Este sábado, desde las 19.30 horas, el Real Valladolid regresa a la competición. Lo va a hacer para un reinicio de 11 encuentros en el que los de Sergio González se juegan la continuidad en LaLiga Santander. La exigencia y la necesidad de salir victoriosos de esta etapa es determinante. Para una fase tan exigente como la que se va a vivir, los blanquivioleta tienen ciertas debilidades y determinadas fortalezas sobre las que sustentar su actual candidatura. En un mundo tan cambiante como el fútbol, ese positivismo y negativismo pueden cambiar pero antes del regreso y del tramo final, el Pucela tiene muy definidos sus puntos buenos y los malos.
Cinco debilidades
Son muchos los equipos y los entrenadores que se han mostrado contrarios al regreso de la competición y a ciertos contextos y condicionantes que se van a dar en las próximas jornadas. Sergio ha sido uno de ellos en lo que para mí, indudablemente, muestra debilidad del Club. De la misma forma, inicialmente, debilitan al Pucela la exigencia que supone para el Club esta salvación, el pequeño margen de error que existe sobre el descenso, los pocos argumentos en los detalles futbolísticos y, por supuesto, la diferenciación de roles y estatus que hay en el equipo de Sergio.
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Cinco fortalezas
De la misma forma que los argumentos que está utilizando Sergio González no son los mejores, el entrenador en sí es un punto de fortaleza para el Club. Su unión hasta 2022 con el Real Valladolid transmite cierta seguridad para el equipo blanquivioleta, de igual forma que lo fortalecen, actualmente, la clasificación, las posibilidades de Haten Ben Arfa, la fuerte unión y cohesión que siempre se ha vendido de este grupo y, por supuesto, el potencial escondido y ninguneado que no dudo que tiene este Real Valladolid y que le tiene que llevar al éxito.
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