El fútbol profesional se está convirtiendo en un deporte de detalles. Las propuestas ya no se lucen tanto como sí el aprovechamiento de los errores del rival. Con esta disposición, muy marcada en los planteamientos de los entrenadores, el regreso al fútbol se va a definir por particularidades muy concretas del juego y de la gestión. Con una preparación física muy similar en todos los equipos de LaLiga Santander, esos ‘detalles’ van a ser más diferenciales que nunca y es momento de analizar en cuáles de esos pequeños, infravalorados pero importantes puntos están las fortalezas y las debilidades del Real Valladolid de esta temporada.
Siempre he pensado que el Pucela de Sergio González tiene muy definido su estilo y modelo de juego. Los pucelanos saben qué quieren ofrecer y cómo buscan hacerlo. La propuesta inicial en cada partido del entrenador catalán queda clara y, generalmente, está muy cerca de la realidad necesaria para el encuentro. Posteriormente, es cierto que el equipo flojea en las respuestas. Tiene debilidades para adaptarse al juego e, incluso, para remontar un marcador adverso. Estos pueden ser detalles importantes para saber cómo va a poder actuar el Real Valladolid en el nuevo fútbol que se espera, ese en el que los pequeños rasgos y errores van a pesar y a costar más que antes.
El fútbol va a tener grandes cambios, como el uso de cinco cambios, una nueva exigencia para los entrenadores, su gestión del banquillo y su lectura de los partidos. De igual forma, con el uso del banquillo se expone la calidad del equipo pero también los estados de cada uno y, con ello, el conocimiento interno de aciertos, rachas y momentos personales. Tener éxito de cara a puerta es calidad pero, también, un detalle que puede ser tan diferencial como propio. La calidad manda pero los estados deciden, como ocurre con uno de los detalles que más puntos da en el fútbol: la estrategia.
Detalles y respuestas
Tener trabajadas las acciones a balón parado es importante. La calidad, a su vez, también define qué se puede proponer y hasta dónde se puede llegar. El centro, el remate o, incluso, el desmarque y los movimientos en el área están marcados por la calidad pero, también, por el momento de cada jugador. Esos detalles de fortuna, casualidad o suerte pueden ser determinantes y te pueden llevar a ganar un partido, cambiar una racha, crear una buena dinámica o, incluso, conseguir un objetivo. En un fútbol como el que se espera, los detalles van a estar más en uso y van a ser más determinantes que nunca, y la sensación actual es que el Real Valladolid flojea en ellos.
El devenir de las próximas 11 jornadas definirá el futuro a corto, medio y largo plazo del Real Valladolid
Su capacidad de respuesta es mejorable, y no sólo por la calidad de la plantilla sino por el uso de los recursos posibles, el éxito de determinados aspectos del juego y la poca variabilidad en los roles de determinados perfiles del equipo. El Real Valladolid nunca se ha caracterizado por saber responder bien a las exigencias del juego pero sí a saber adaptarse a determinadas exigencias del juego y de la competición, todo aquello que va a ocurrir en las próximas 11 jornadas y que marcarán el futuro a corto, medio y largo plazo de la entidad. ¡Casi nada!