Ojalá me equivoque porque así el Real Valladolid tendrá un rival menos por salvar la categoría pero no veo descendiendo al Club Deportivo Leganés tras el parón del coronavirus. No lo veo por su entrenador. El perfil de Javier Aguirre es el de un hombre capacitado y hecho para situaciones límite y es así como entiendo que se van a vivir las últimas 11 jornadas de la competición. El peso del entrenador en el reinicio de la competición va a ser capital y mi sensación es que el mexicano va a estar a la altura. Va a sumar y va a ayudar a crecer a los jugadores en las nuevas realidades. Los entrenadores van a estar tremendamente exigidos en las próximas semanas, y Sergio González no va a ser una excepción.
El preparador blanquivioleta es el líder de este Real Valladolid. Tiene un equipo de autor y ha conseguido que el grupo mire, compre, asimile y venda su discurso y modelo. En una situación habitual tiene mucho ganado pero el futuro se espera de todo menos ‘normal’. La lógica no se va a imponer en muchos momentos de las próximas jornadas y la gestión del vestuario va a ser capital. Se van a tener que tomar muchas decisiones límite y se va a tener que apostar y dar confianza a situaciones impensables en otra situación. La flexibilidad estará muy unida en las próximas semanas con la competitividad y, en todo ello, los entrenadores serán determinantes. Gestores, psicólogos, motivadores... El papel que van a jugar todos y cada uno de los entrenadores para conseguir el objetivo de sus equipos es determinante.
Saber entender hasta que punto hay que dar por bueno un empate, restar, por ejemplo, peso a una dura derrota y ayudar a saborear una victoria van a ser momentos capitales en el reinicio del fútbol. El Real Valladolid no será menos y, por ello, debe tener un entrenador convencido de las posibilidades de su grupo y del estado en el que éste llegue. Es cierto que los condicionantes físicos con los que se regresará al fútbol no son los mejores. Sergio se quejó con razón de ellos pero, ahora, debe saber y medir hasta dónde puede utilizar ese arma. El estado del Real Valladolid no será el mejor pero será muy similar al del RCD Espanyol, el RCD Mallorca o la SD Éibar. Los condicionantes van a ser los mismos para todos pero aquel que menos los mire y menos énfasis les dé, tendrá el primer partido ganado y la primera gran respuesta ofrecida.
En manos de Sergio
En un fútbol de pequeñas fracciones, incluso destellos determinantes, las respuestas rápidas y las gestiones inmediatas van a marcar el camino hacia los objetivos de cada uno. En esa aclimatación a la realidad que cada equipo se encuentre estará gran parte del éxito final y en él tendrá un peso capital cada entrenador. Cómo estén de preparados, concienciados, aclimatados y convencidos será parte determinante para el futuro. En la cabeza de Sergio y en la preparación del catalán está un alto porcentaje del éxito pucelano. Él se juega mucho y el Club, con él y desde él.