Sergio González me sorprendió hace unos días con las declaraciones que realizó después de los primeros entrenamientos del equipo tras el parón por el coronavirus. El catalán se mostró más efusivo, motivado e ilusionado que nunca. Convencía en lo que decía porque se le veía, incluso, emocionado por la vuelta al fútbol. Esas fueron unas declaraciones motivadoras para el entono, el mismo que ha visto el regreso del Sergio habitual en las últimas horas. En declaraciones a TVE y a la Cadena COPE, el blanquivioleta ha regresado a un discurso muy rebajado sobre el último al asegurar que no ve a su equipo capacitado para el regreso al fútbol. Aunque en esta ocasión lleva toda la razón, sus declaraciones han levantado cierta polémica.
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Las palabras de Sergio invitan a un descenso de la motivación por el regreso del fútbol, aunque en este momento tiene razón. Nunca he creído en el ambiente de mediocridad que existe sobre el Real Valladolid de las últimas dos temporadas. De igual forma no creo al 100% el discurso habitual de Sergio González. Muchas veces me parece exagerado en limitar las cualidades de su equipo. Pese a todo ello, que he defendido en múltiples ocasiones en estas líneas y en el vídeoblog de ElDesmarque Valladolid, creo que ahora Sergio lleva mucha razón. Lo creo, como así lo expresado en este vlog.
Una fecha consensuada
A los jugadores hay que protegerlos o cuidarlos, utilícese el término que se quiera. No puede ‘recuperar’ el tiempo perdido y su seguridad no está sólo en el contagio. No se puede exprimir en demasía a un futbolista por una cuestión económica porque el producto pierde mucha calidad, como ha ocurrido el pasado fin de semana con la Bundesliga. Son los entrenadores los que deben valorar e, incluso, decidir cuando se puede volver a la competición. Son muchas las preguntas que se les dejaron de hacer en fases determinantes del parón pero, ahora, deben ser los que pongan muchas fechas. Sergio González, incluido. El catalán, que en muchos momentos realiza un discurso que, para mí, es erróneo y hasta victimista, lleva ahora toda la razón. Toda.