No hay nada como el fútbol en directo. Se captan esencias que, por televisión, no parecen existir. Gracias a ello, el 1 de febrero del 2019 vi un detalle que me hizo ver que la unión entre Enes Ünal y Sergi Guardiola iba a ser muy productiva para los intereses pucelanos. En el segundo partido del ‘7’ como blanquivioleta, quedó claro el entendimiento y la complicidad entre ambos. El ‘9’ saltó al terreno de juego con tres goles de desventaja en el marcador y su primer movimiento en el campo fue animar a su compañero, el que le había ‘quitado’ el puesto. En ese momento se vio la complicidad de una pareja que es determinante para entender el juego de Sergio González.
La sinergia entre ambos es similar a la de Rubén Alcaraz y Míchel Herrero en el doble pivote o, fuera de Pucela, a la que Sergio González formó en el RCD Espanyol con Sergio García y Felipe Caicedo. Desde la ‘explosión’ de las ideas del entrenador catalán en el Estadio José Zorrilla siempre se entendió su propuesta desde la doble punta en base a lo que le dieron el español y el ecuatoriano como entrenador perico. Ambos fueron determinantes en aquellos esquemas por el entendimiento que tenían al ofrecer condiciones de juego y rasgos futbolísticos muy diferentes.
Duplas ofensivas reconocibles
Como en el caso de Guardiola y Ünal, los jugadores periquitos tenían funciones opuestas en aquella temporada 2014/2015. La cuestión física definía a los dos y, en el Real Valladolid, ese entendimiento lo marcan las miradas de uno y de otro. El juego de Ünal es muy concreto aunque, a veces, invisible. Descongestiona, libera, descarga y protege a Guardiola, que se ve más liberado para actuar con cierta frescura en el último cuarto, donde mejor se mueve. Con esta propuesta, Ünal siempre mira a la portería de Masip. Su perfilación es hacia campo propio mientras que la de su compañero es hacia la portería rival. Ünal propone la prolongación y la segunda jugada. En ella debe destacar un Sergi Guardiola al que Sergio protege con el turco para tenerlo fresco en el último cuarto.
La responsabilidad del gol, de la efectividad y de la precisión recae en Guardiola. Él debe ser el punto ofensivo diferencial del equipo. En muchas ocasiones lo fue, lo ha sido y lo será. Tiene protagonismo porque Ünal invita a ello. El trabajo sucio es parte de la esencia y del éxito del turco. El ‘9’ prioriza esos conceptos defensivos que tiene el modelo de Sergio González. Él suma desde arriba. Une al equipo, compacta las líneas y comprime las debilidades del equipo. Todo para que Sergi Guardiola pueda tener un punto diferencial en ataque dentro del orden y equilibrio del equipo.
Así, por lo que futbolísticamente ofrecen ambos y lo bien que se entienden, el Real Valladolid de Sergio se define, ofensivamente, por la presencia de una unión que ya es diferencial y que tiene en Sandro ese detalle del que se quiere sacar un plus como el que Cristhian Stuani tuvo en el Espanyol de Sergio, pero sabiendo quién forma la base del modelo de juego y por qué. En aquel equipo del RCDE Stadium y en este Pucela.